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viernes, 12 de agosto de 2011

Epílogo ( Gracias a todos por leernos! ;) )

Unos días después...
Se encontraban en Bänon, el pueblo volvía a ser igual de apacible que siempre. Sin ningún altercado ni percance. Después de todo lo que había pasado, se sentía bien al volver a la rutina.
Aunque sabía que eso duraría bien poco y que todo iba a cambiar ese mismo día. Llevaba mucho tiempo pensándolo y por fin había tomado una decisión. Se sentía fatal por todo lo que había pasado, porque aunque negara lo contrario, ella era la única causante de todos los problemas que había habido. Había puesto en peligro a todos sus amigos por su estupidez y por ser quien era. Y tenía que averiguar quien era realmente, por qué la consideraban tan importante. No podía soportar la idea de que casi hubieran matado a Liam por su culpa, y aunque ella no había sido la causante del “accidente” seguía considerándose un monstruo. Cada vez que se miraba al espejo se veía como tal. Tampoco controlaba sus poderes del todo bien y si se enfadaba demasiado o se descontrolaba podría acabar haciendo daño a alguien. No estaba dispuesta a volver a tolerarlo, por eso tenía que dejar las cosas bien claras.
Alana miró al horizonte y vio acercarse una figura alta y esbelta. Avanzaba dando rápidos pasos con una gracia poco común. Cuando Liam paró frente a ella, la chica notó su corazón latir muy rápido. Siempre que lo veía le pasaba lo mismo, le quería tanto… Que era capaz de todo, e incluso de…
-vaya,- comentó Alana- has llegado pronto. Eso es raro en ti.
-No lo es si eres tú la que me necesita. – dijo ladeando la cabeza.
Alana apartó la mirada incómoda y apenada. Aquello no iba a ser nada fácil, pero tenía que hacerlo por el bien de Liam.
-Liam, lo que tengo que decirte no te va a gustar… - Le advirtió la chica. – Pero es la verdad – titubeó ella. Si quería que se lo creyera tenía que actuar bien.
-Adelante, confío en ti.
Alana cerró los ojos un momento y soltó todo el aire.
-Liam, no estoy enamorada de ti. Creo que deberías de saberlo para no gastar tu tiempo en mí. Creo que era justo que lo supieras.
El chico al momento palideció y se le quedó mirando fijamente.
-¿Qué? ¿Estás de broma?
Alana lo miró seriamente
-¿Crees que estoy de broma? Lo digo muy en serio. He querido decírtelo así para no hacerte más daño del que ya te he hecho en todos estos meses.
-Pues has conseguido todo lo contrario
-Lo siento, pero es la verdad – zanjó Alana mientras se llevaba las manos detrás del cuello.
-Pues no te creo. Se que estás mintiendo. Lo noto. No se por qué lo haces, pero se que no es verdad. – El chico tenía los ojos brillantes y la miraba intensamente. Alana desvió la mirada nerviosa.
-No me importa si no me crees. Yo solo te he dicho lo que pienso. – Cogió la mano de Liam y la abrió. Dejó caer en ella el collar en el que estaba enganchado el candado que el chico le había regalado hace tanto tiempo como muestra de su amor. – No merezco tener esto si el amor no es correspondido. Así que quédatelo y dáselo a alguien de verdad te merezca. – Al decir esto la voz le tembló ligeramente
Liam se quedó mirando fijamente el colgante, paralizado sin saber que hacer ni que decir.
-No puedes hacerme esto Alana. Tú no. Sabes que no soportaré estar nuevamente lejos de ti. Te necesito.
La chica retrocedió precipitadamente con la cabeza baja y susurró.
-Lo siento.
Dicho esto se giró y salió corriendo. Perdiéndose por las calles del pueblo.
………………………………………………. (LIAM)
El chico se quedó ahí parado sin poder moverse, sin saber que hacer. No podía creer lo que acababa de pasar, tenía que ser una pesadilla. No podía estar pasando de verdad. Se quedó solo sosteniendo el colgante en la mano, sin ser capaz de sentir nada salvo dolor y tristeza. El corazón le dolía como nunca le había dolido nada. Un balazo en la cabeza, que le atravesaran con una espada… No era nada comparado con el dolor que sentía en aquél momento. Notó que algo dentro de él se destruía, se quebraba, se hacía pedazos… su corazón. No sabía por qué el destino siempre se interponía entre Alana y él para separarlos. A lo mejor estaba maldito. Notó que algo le cosquilleaba en la mejilla y se llevó la mano allí. Cuando volvió a mirar vio sorprendido que era una lágrima. Aquello no podía estar pasando.
No era justo. Aquello no iba a quedar así, no había vuelto a la vida solo para rendirse. Cerró fuertemente la mano en la que descansaba el colgante y se lo llevó al pecho. Selene había dicho que el destino no se podía cambiar, pero eso a él le daba igual. Liam apretó los labios, convirtiéndoles en una fina línea. No iba  dejar que nada se interpusiera entre los dos, ya era hora de que el destino perdiera por una vez…
¿FIN?

Capítulo 25 **Make me wanna die** ( The Pretty Reckless)

………………………………………………….. (ALANA)
Los ojos de Liam permanecían cerrados, cerrados para siempre.
Alana contempló su cara impotente mientras sus lágrimas caían amargamente. Así, con los ojos cerrados y quieto, parecía que dormía apaciblemente. ¿Cuántas veces de pequeños lo había contemplado mientras dormía?, nunca se cansaba de ver su cara llena de paz.
Alana alzó la mano y le limpió tiernamente la sangre de la mejilla.
No podía creerlo, no podía aceptar que Liam ya no estuviera. Era insoportable. Había demasiado dolor en su pecho.
Notó que algo se movía frente a ella y alzó la cabeza confundida. Al principio no pudo ver nada, porque las lágrimas se lo impedían, pero poco a poco vio quienes eran.
Selene, tremendamente pálida de pie, ponía su mano en el hombro de Gun, que se había derrumbado y estaba de rodillas con las manos en la cabeza mientras lloraba. Mousy a su lado, necesitaba agarrarse a Matt para no caer. El otro chico la miraba desolado. Su mirada estaba cargada de gran tristeza. Tanta que la chica no pudo soportar mirarle a los ojos. A los de nadie.
Bajó de nuevo su mirada hacia Liam. Estaba muy frío, con ojeras en los ojos y los labios pálidos.
No podía aceptarlo. Era insoportable. Insoportable. Insoportable…
Un dolor lacerante le atravesó de nuevo el pecho y sin poder evitarlo lloró de nuevo. Gritó desgarrada el nombre del chico y se aferró a él como si lo necesitara para seguir viviendo.
Lo necesitaba para seguir viviendo.
Apoyó su frente en la de él y olió su perfume:
Menta, regaliz rojo y… sangre.
-“Si pudiera salvarte, si pudiera darte mi vida lo haría… si pudiera darte mi alma lo haría. No quiero vivir en este mundo si tu no estás en él…” – Pensó la chica desesperada.
Entonces algo extraño pasó. Notó un pinchazo muy fuerte en el pecho, y a partir de ahí, calidez… mucha calidez. Tanta que parecía que el pecho le fuera a arder. Lanzó una exclamación ahogada por la sorpresa y se miró allí dónde notaba el fuego. Una luz blanca los rodeó por completo, aislándolos del resto de grupo. Se formó como una especie de círculo alrededor de ellos. Acto seguido, una pequeña lucecita roja con forma de pájaro salió del pecho de la chica y se puso a revolotear frente a ella. Notó como si una parte de ella fuera arrancada. Del pecho del chico salió otra lucecita verde con forma de felino. El felino y el ave se pusieron a jugar frente a ellos. Después los dos se separaron y el gato se quedó mirando fijamente a Alana a los ojos, antes de entrar en pecho de ella. El pájaro revoloteó alrededor de Liam, se posó en la herida que tenía en el pecho y se fundió con su cuerpo. Un gran viento azotó a los dos chicos y la luz desapareció. Todo volvió a la tranquilidad.
Alana miró asustada a su alrededor para comprobar si sus amigos habían visto lo mismo que ella, pero todo seguía igual. No parecieron darse cuenta de nada.
Justo a su lado se escuchó una gran bocanada de aire y una incesante tos. La chica se volvió sorprendida y buscó de dónde provenía el sonido.
Sin poder creerlo vio como el pecho de Liam subía y bajaba acompasadamente mientras respiraba y abría los ojos.
Alana contuvo el aliento, temblando de pies a cabeza. Estaba vivo, era real.
-Ey… - susurró el chico casi sin fuerzas mientras le miraba con sus ojos verdes. Volvían a transmitir la misma luz de siempre. La chica ahogó un gritó y le abrazó llorando feliz.
Sus amigos se acercaron corriendo sin poderse creer lo que veían.
-¡Es un milagro! – Gritó Matt llorando a moco tendido.
-¡Tio! ¡Estás bien! – exclamó Gun sorbiendo por la nariz y sumándose al abrazo de los dos chicos. Selene no dijo nada, simplemente, cayó al suelo llorando también de felicidad. Muy aliviada. Mousy, dando tumbos se acercó y fue el único que pareció reaccionar.
-Sigue herido, tenemos que llevarlo cuanto antes a un médico. – Añadió apoyándose en Matt.
…………………………………………………. (Unos meses después)
Hospital de Landfiel.
Alana estaba sentada en uno de los duros e incómodos asientos del hospital con un refresco en la mano, aguardando a que le tocara su turno para poder visitar a Liam.
Junto a ella se encontraba Shawn. Sentada en otra de las sillas y dormitando. Tenía muchas ojeras a causa del trabajo que había tenido a lo largo de estas semanas. Alana la entendía perfectamente, aunque ella no tenía que trabajar, sabía lo que era no poder dormir por las noches, pensando en todo y en como se encontraría Liam al día siguiente. Sabía que su preocupación era excesiva y exagerada ya que los médicos habían confirmado que estaba fuera de peligro, pero no podía evitarlo. Haberlo tenido tan cerca de la muerte era algo que no podría olvidar nunca. No quería que una situación cómo esa se volviera a repetir. Era demasiado para ella, había tenido tantas emociones en tan poco tiempo que estaba agotada tanto física como psicológicamente.
Desde el momento en que despertó Liam, pidieron ayuda a los cazabrujas que en unos minutos fueron hasta allí y lo trasladaron hasta el hospital de Landfield, ya que en Bänon había médicos pero no hospitales tan preparados como el de la ciudad. Alana no se había separado de él ni un solo segundo, porque temía que si lo perdía de vista, volvería a desaparecer, y esta vez si que no volvería a salvarse. A las pocas horas de estar en el hospital, los padres de Liam, avisados por Shawn habían acudido inmediatamente para saber como estaba su hijo.
Al principio estaban muy nerviosos e incluso a Eleonorah le dio un ataque de nervios, pero horas después, cuando el médico avisó que ya estaba estable, se fueron calmando poco a poco. Todo el tiempo que llevaba Liam allí ingresado, Alana no se había movido de Landfiel, aunque sus amigos habían tenido que volver al pueblo. Gun los visitaba diariamente, y Mousy y Matt tres veces a la semana. La que estaba más perdida era Selene. Notaba que desde que había caído en ese sueño estaba más distante y misteriosa que antes aunque ya arreglarían cuentas cuanto a Liam le dieran el alta.
-Alana – le llamó el señor William, quien acababa de salir de la habitación junto a su esposa – Ya puedes entrar.
Eleonorah le sonrió amablemente.
-Nosotros vamos a tomar un café abajo, estaremos por aquí si nos necesitas.
La chica asintió con amabilidad y sin perder el tiempo, entró en la sala.
La habitación era entera blanca, con una cama en medio, y alrededor de ésta, varios aparatos que hacían diferentes ruidos.
Liam se encontraba tumbado en la cama, sin camiseta. En su piel relucía una larga cicatriz que le recorría todo el pecho. Alana sin poder evitarlo se estremeció al recordar todo lo ocurrido. Por suerte ya había pasado todo. Aunque no podía evitar sentirse culpable por todo lo ocurrido. Cada vez que miraba a Liam se sentía muy mal. Había sido culpa de ella y de nadie más.
-“Tú me haces querer morir…”- pensó Alana intentando no llorar. Debería estar muerta. No se merecía a Liam.
 El chico que mantenía los ojos cerrados, los abrió al notar que alguien volvía a entrar en su habitación. El chico al ver quién era, sonrió felizmente y se le iluminaron los ojos.
-Ey – La saludó.
-Ey – respondió ella a su vez sonriendo mientras se acercaba y se sentaba en la silla que había junto a la cama. El chico se dio media vuelta y se posicionó mirándola a ella.
-Mañana me dan el alta por fin – informó poniendo los ojos en blanco. – Estoy harto de estar todo el día metido en ésta maldita cama. Nunca hubiera creído que me hubiera hartado de estar todo el día tumbado. Que ganas tengo de andar y de correr.
La chica sonrió divertida
-Bueno, por lo menos algo positivo ha tenido todo esta situación, dejarás de ser tan vago, y te moverás más a menudo – bromeó la chica.
Liam le sacó la lengua y le respondió.
-ya tengo suficiente con Battle Cross, gracias. – El chico forzó una sonrisa y después se puse serio - Oye a propósito, ya sé que te lo he dicho muchas veces, pero siento no haberte contado lo de Alan… Tenía miedo de que te hiciera daño y…
-Para – le cortó la chica levantando una mano – No me apetece hablar de eso ahora mismo y lo sabes. No sé si podré perdonarte algún día. Tienes que darme tiempo…
-Tiempo- dijo él.- Odio el tiempo, no me gusta para nada esperar.
Alana le miró significativamente mientras alzaba una ceja. Fue a contestarle pero él no se lo permitió. Puso un dedo entre sus labios para acallarla.
-Sí, lose, no hace falta que me lo digas.- dijo a regañadientes, y declaró después- Soy un niño malcriado, impaciente y bla, bla, bla…
Alana apartó el dedo de un manotazo.
-Déjate de tonterías ¿Quieres?- se le quedó mirando pensativa.- Ahora que estoy pensando… No sé si es bueno que salgas del hospital.-Liam la miró frunciendo el ceño.- Porque cuando salgas empezaras a darme la murga. Te lo advierto Liam Blackborn, como empieces a molestarme como siempre haces seré yo quien te envíe al hospital de nuevo.
-¡Oh dios mío!- gritó Liam fingiendo estar asustado- No por favor.
Alana se le quedó mirando muy seria
-Liam, estoy hablando en serio. No sé por qué te lo tomas todo a broma.
Liam cerró los ojos recostándose sobre la almohada
-¿Y cómo quieres que me tome todo esto según tú?
-Pues no sé, - empezó Alana alzando los brazos – tal vez con un poquito más de seriedad
-¿con más seriedad? ¿Cómo en un funeral? Porque si quieres eso podrías haberme dejado morir – respondió bruscamente con las mejillas rojas.
El corazón de Alana le dio un vuelco.
-¡Liam! – Le regañó poniéndose en pie - ¡No digas eso nunca! ¿Estás loco? No sé cómo has podido decir una cosa así, es injusto.
-También veo injusto lo que tú me has dicho. Alana, estoy vivo – Dijo con vivacidad señalándose a sí mismo – Durante unos minutos estuve muerto y cuando tú me salvaste fue como si volviera a nacer de nuevo. Creo que tengo derecho a estar feliz.
Alana suspiró cansada. Sabía que en parte tenía razón. Ella no sabía lo que era morir, pero sí sabía lo que era sentir la angustia de ver morir a una persona querida, y en más de una ocasión.
-Lo sé, pero…
-Pues entonces – habló Liam mientras la cogía de la cintura y a atraía hacia él – Déjame bromear todo lo que quiera – apoyó su frente en la de la chica, quedando a escasos centímetros – al menos hasta mañana.
-Lo que tú digas – Dijo Alana cerrando un momento los ojos. Después se dio cuenta de lo cerca que estaba – Sabes que sigo enfadada contigo ¿no?
Liam asintió
-¿Sabes que no tendría que dejarte que estuvieras tan cerca de mí? – El chico la miró divertido
-Lo sé – Respondió – Y tú sabes que no te suelo hacer caso
-Eres un descarado – señaló Alana intentando apartarse de él
-Y tú una cascarrabias – contraatacó Liam volviendo a acercarla. Los labios del chico rozaron el cuello de la muchacha. A Alana se le pusieron los pelos de punta.
Intentando que parara cambió de tema
-Bonita cicatriz – comentó observando la fina línea del pecho ya cicatrizada
Liam paró de besarla y observó la cicatriz. Puso cara de fastidio
-Preciosa… Los médicos han dicho que no se quita – Dijo con amargura.
-mmm, los médicos se equivocan – declaró la bruja
Puso un solo dedo al principio de la cicatriz y fue descendiendo poco a poco hasta el final. Cuando lo hizo, la herida desapareció.
Liam la miró sorprendida.
-¿Cómo lo has hecho?
Alana se encogió de hombros.
-Te recuerdo que estás hablando con una bruja
-supongo que tienes razón – comentó Liam mientras sonreía.
Entonces alguien llamó suavemente a la puerta.
Alana que seguía agarrada por Liam dio un tironazo y se separó del chico sonrojándose. Liam resignado se tumbó de nuevo en la cama riéndose. La cabeza de Shawn asomó tímidamente por la puerta.
-¿Se puede? – preguntó con educación y algo cortada.
-Claro pasa – Dijo Alana poniendo la máxima separación entre Liam y ella. – Yo ya me iba.
-Tú no vas a ninguna parte si yo no quiero – Dijo Liam como un niño caprichoso.
-Da igual, lo que tenía que decir lo tenéis que escuchar los dos – Los ignoró Shawn. – Es sobre Alan…
Los dos chicos dejaron de pelearse y la miraron fijamente. Shawn carraspeó antes de hablar.
-Alan sigue vivo – Dijo sin andarse con rodeos – Me informaron esta mañana y creí que deberíais saberlo los dos. Deberíais tener mucho cuidado y cuidaros las espaldas, aunque según lo que me han dicho, - Dijo mirando a Alana con una sonrisa – Le dejaste bastante maltrecho – Alana se sonrojó un poco – De todas formas estad alerta, sabéis que tiene mucha gente a su servicio y no me gustaría que la historia volviera a repetirse…
-Descuida, nada volverá a ser como antes. Cómo me cruce otra vez con Alan no vacilaré ni un instante en acabar con él. Ahora que lo se todo… - La chica miró a Liam – no permitiré que haga daño a nadie más.
-Lo sé – Dijo Shawn mirándola fijamente y medio sonriendo – No espero menos de ti.
Un rato más tarde.
Alana había salido de la habitación, dejando a Liam en compañía de Shawn. Éstos, en los últimos días se habían hecho muy amigos.
La chica salió a la puerta del hospital, necesitaba despejarse un rato. Una vez allí alguien la llamó dulcemente.
-¡Fly!
La chica se giró y vio a Selene avanzar hacia ella corriendo y con los brazos extendidos hacia ella. Cuando llegó le dio un fuerte abrazo. Alana se separó un momento para verla mejor, hacía mucho que no la miraba detenidamente.
La chica había adelgazado y con ojeras. A pesar de llevar su aspecto tan impecable como siempre, se la veía mucho más desmejorada. Desde que despertó no era la misma. Los demás apenas lo notaban, pero ella sí que lo hacía.
-¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó Alana contenta de ver a la chica de nuevo
Selene se puso seria y la miró a los ojos.
-He venido a despedirme.
A Alana se le cayó el alma a los pies.
-¡¿Qué?! ¿A dónde? ¿Por qué te vas? – Preguntó sorprendida. Selene volvió a sonreír y le abrazó de nuevo.
-Tranquila, volveré. Simplemente tengo que ir a… un sitio. No puedo decirte dónde voy, solo puedo esperar que confíes en mí y en que sepas que algún día te lo contaré todo. Pero por ahora no puedo decirte nada más. – Dijo guiñándole un ojo con encanto.
-¿Pero te vas ya? ¿Ahora mismo? ¿Tan rápido? – Preguntó Alana aún confusa.
-Sí, cuantos antes me vaya, antes terminaré – Respondió felizmente la pequeña Selene con un toque de misterio.
-¿Y no puedes esperar unos días? Casi no te he visto, y quiero estar contigo, te echo de menos
-Y yo también – Respondió Selene con lágrimas en los ojos – Pero vuelvo a repetirte que regresaré pronto. Antes de que te des cuenta estaré de vuelta. Ya me conoces, no puedo estar mucho tiempo alejada de mis amigos.
Alana respiró hondo y respondió:
-Bueno, si no hay nada más que hacer, solo te deseo toda la suerte del mundo y que regreses pronto. Yo estaré esperándote. – Le revolvió el pelo un tanto entristecida.
-Te veré en el colegio, Fly.
Selene se dio la vuelta mientras unas solitarias lágrimas le caían por las mejillas. Dio unos pasos, y con una brisa de viento, la chica desapareció.
-“¿Desde cuándo Selene puede hacer eso?” – Pensó Alana sonriendo. La chica siempre la sorprendía. Alana alzó la cabeza y miró hacia el cielo azul. La chica envidió el cielo. Siempre se mantenía igual, aunque algunas veces pasaran nubes negras o luciera el sol, el cielo siempre se mantenía en el mismo lugar, aunque después pensó que sería muy aburrido que nunca pasaran cosas interesantes. La vida siempre daba cambios y giros interesantes, eso era lo que más le gustaba de estar viva.

martes, 9 de agosto de 2011

Capítulo 24 **Roses On My Grave** (Papa Roach)

………………………………………. (SELENE)
-Gun, ¿seguro que estás bien? – Preguntó Mousy preocupado – La herida de tu cabeza se ve muy fea.
Gun andaba con dificultad y ayudado por Mousy. La herida de la cabeza no dejaba de sangrar y el chico estaba muy pálido.
-Creo que estás perdiendo demasiada sangre – Matt que andaba junto a ellos también parecía preocupado. – Será mejor que paremos a descansar un momento.
Cuando habían abandonado el granero Selene se había concentrado igual que la última vez y había captado de nuevo el aura de Alana. Sin perder el tiempo habían ido derechos hacia allí aunque no podían ir muy deprisa ya que Gun todavía seguía herido.
-¿Qué podemos hacer para curarle? ¿Y si le hacemos un torniquete? – sugirió Matt.
Mousy se giró con cara de situación y los ojos entrecerrados. En esos momentos dudaba de la inteligencia del pobre Matt.
-¿¡Un torniquete!? ¿¡Un torniquete en la cabeza?!
-¡Aaah! – Matt soltó un grito lastimero – ¡Me puse nervioso! ¿Qué quieres que haga? ¿¡Me suicido!? – Dijo Matt con dramatismo
Gun rió débilmente y añadió:
-¿Ahora nuestro pijito se ha vuelto “emo?
-Bien – Dijo Mousy como tomando el mando de la situación. Era el que más entendía de enfermería. – Hace rato he visto por ahí “Hijas de Danna”*. Según el manual de primeros auxilios venía muy bien para cortar las hemorragias y sanar las heridas. Están por donde hemos pasado, tendré que volver a por ellas, aunque no tardaré mucho.
-Vale, yo iré a por agua para lavarle la herida y que no se infecte. – Ayudó Matt – Selene, cuida de mientras de Gun. Volvemos en seguida.
-Pero… - empezó Selene
Ninguno de los chicos pareció escucharla y ambos salieron cada uno por su camino y con mucha prisa. Gun apoyado contra un árbol la miraba con media sonrisa.
-Parece que nos hemos vuelto a quedar solos Han-getsu. Esta vez no te pondrás a llorar otra vez ¿no?
-Habló el moribundo – añadió sarcástica Selene. Estaba de muy mal humor
-¡ay ay que dolor tengo! – exageró Gun sonriendo - ¡Me muero, me muero!
Selene puso los ojos en blanco, mientras se quitaba un zapato y se lo lanzaba al chico.
-¡Eres un niño chico!
-Habló – Rió Gun mientras esquivaba el proyectil. El fuerte movimiento hizo que Gun volviera a marearse y soltara un débil alarido, esta vez de verdad. Se puso aún más blanco y calló de rodillas en el suelo.
-¡Gun! – Exclamó Selene mientras se aproximaba precipitadamente hacia él. Se arrodilló a su lado y se inclinó para ver si estaba bien. El chico tenía los ojos cerrados con fuerza, concentrado en respirar regularmente.
-Estoy mayor ya para tantos trotes – Bromeó poniendo una media sonrisa que recordaba a la de su amigo Liam.
-No se como puedes bromear en un momento así. – Le regañó Selene mientras se levantaba e intentaba irse.
-Eh – Gun alargó la mano y cogió la de la muchacha – Quédate aquí conmigo, así se puede soportar mucho mejor el dolor.
-Si tú lo dices – Dijo apartando la mirada y sentándose junto a él cruzada de brazos. Gun se reincorporó un poco y entrelazó sus dedos con los de la chica. Selene se le quedó mirando aparentemente aburrida, aunque el corazón le latía violentamente.
-¿Qué se supone que haces?
-Tomar el sol, ¿A ti que te parece?
-Me parece que te has dado un fuerte golpe en la cabeza. A ver, ¿Cuántos dedos tengo aquí? – Dijo la chica burlándose de él. Levantó dos dedos.
-Obviamente cinco.
Selene se le quedó mirando contrariada y con el ceño fruncido.
-¡¿Qué?! Yo también se cómo son los números romanos** - Dijo inocentemente.
Selene no lo aguantó y se puso a reír. Sin poder evitarlo apartó un mechón de pelo de la frente del chico. Siempre había querido hacer eso. Cuando lo hizo, quedó un poco sorprendida.
-Eh, eh, eh, que yo en las primeras citas no intimo tanto con la chica – Dijo un poco ceñudo mientras volvía a cogerle la mano a la muchacha. Selene se le quedó mirando, luego miró sus manos entrelazadas y volvió a reír.
-No tienes remedio Gun. – Dijo la chica meneando la cabeza negativamente y rindiéndose. – Anda, estate quieto, que eres un quejica – Mientras decía eso, la chica ladeó la cabeza de Gun y se acercó para ver mejor la herida. Seguía sangrando, aunque menos que antes. Debía de haberse dado un buen golpe al desmayarse para hacerse semejante destrozo. Posó suavemente sus finos dedos sobre la herida pero sin llegar a tocarla y se concentró un poco de magia blanca en ellos. Notó como el poder fluía a través de sus manos hasta llegar a Gun. Éste, sorprendido al notar calor sobre la herida, giro bruscamente la cabeza, mirando fijamente los ojos lilas de Selene. Sus caras estaban separadas por escasos centímetros. La chica cogida por sorpresa se quedó paralizada mirando los ojos azules de Gun.
-Esto… es todo lo que puedo hacer por ahora – Dijo débilmente y sin apartar la mirada del chico. Notó como se ponía muy roja y contenía el aliento.
Gun empezó a acercarse a Selene lentamente pero entones se escucharon voces de fondo.
-¡Ya hemos vuelto! –Gritó Mousy
-¡Guuuun! ¡Ésta vez no te morirás! – Matt también se acercaba. Selene se lo imaginó dando saltitos felizmente.
Repentinamente la magia se rompió y Selene fue repentinamente consciente de la situación en la que se encontraba. Se puso muy nerviosa e histérica. Sin saber que hacer, la primera reacción de la muchacha fue pegarle un fuerte puñetazo en el estómago a Gun. El chico abrió mucho los ojos y cayó de espaldas dolorido, casi sin poder respirar.
Selene salió corriendo.
En ese momento llegaron los dos chicos y vieron a Gun tirado en el suelo, con lágrimas en los ojos.
-¡No! ¡Hemos llegado demasiado tarde! – Gritó Matt desconsolado
-¿Qué ha pasado aquí? – Preguntó sorprendido
-¡Estúpido! – Gritaba a su vez Selene desde el otro lado del claro donde se encontraban, mientras corría de un lado a otro agitando los brazos.
-¡Burra! ¡Me has dejado sin respiración! – Le regañó el herido
-¡A sido tu culpa! ¡Me has puesto nerviosa! – Se defendió Selene.
Mousy se acercó presuroso hacia Gun y se arrodilló frente a él. Echó las hojas de la planta en un bol, le añadió un poco de agua y empezó a machacarlo. Cuando ya se había formado una especie de pasta se la aplicó en la herida y le vendó la cabeza para que el ungüento no se le cayera. Gun suspiró aliviado. Parecía haber recuperado un poco más el color y tenía mejor cara.
-Te alivia ¿no? – Preguntó Matt desde detrás de Mousy.
-La cabeza si, el estómago no – Dijo mirando a Selene con rencor.
-Venga, tenemos que seguir – Contestó Selene un poco roja y cambiando de tema.
Los tres chicos asintieron y se pusieron en marcha. No se percataba de que entre las sombras, alguien les observaba.
……………………………………………… (ALANA)
Con un grito de guerra, Alan se lanzó agresivamente contra Alana. La chica, que lo había estado esperando, se agachó en el momento justo evitándolo. Alzó un brazo y consiguió hacerle un pequeño rasguño en el brazo derecho a Alan. Si quería alejar al asesino de Liam debía cabrearlo tanto como para que se olvidara de él. Por suerte para Alana, eso es exactamente lo que sucedió. La chica fue hacia el otro extremo del círculo y con un gesto burlón señaló a Alan para que se acercara. Él con la cara de pocos amigos se abalanzó de nuevo contra ella. La pelea no era igualada. Alan tenía mucha más fuerza y experiencia.
-“Pero como dice el dicho: Mas vale maña que fuerza”
Puede que Alan fuese más fuerte, más grande y más alto, pero Alana también tenía sus puntos fuertes: Era más rápida, con más reflejos y tenía algo que el cazabrujas no poseía… Magia.
Podía ganar aquella lucha fácilmente si de verdad se concentraba, aunque tampoco había que subestimar a su enemigo. Alan era astuto como un zorro y letal como una serpiente, si se descuidaba podría ser el final. Habría fracasado. No podía vengar a su abuela, ni todo lo mal que lo había pasado ella y sus amigos.
Esta vez fue ella la que contraatacó. Con n salto se colocó al lado del chico, que se giró sorprendido. Seguramente no esperaba un ataque. Alana le lanzó una fuerte patada lateral directa al estómago, pero Alan fue más rápido y consiguió esquivarla. Sin embargo, no se limitó a apartarse, sino que volvió a atacar con un veloz mandoble. Ella lo evitó a tiempo agachándose súbitamente, aún así la espada le cortó un mechón de pelo negro que aterrizó sobre la hierba.
Entrecerró los ojos. Nadie le tocaba su pelo.
Sin perder el tiempo, la muchacha aprovechando que estaba agachada, le propinó una patada baja en los tobillos. Esta vez si que acertó y Alan cayó al suelo de bruces. El golpe parecía haberle dejado sin respiración. Alana creía tenerlo ya contra las cuerdas cuando el joven con un rápido movimiento de piernas hizo perder el equilibrio a Alana.
Nada más aterrizar sobre la hierba, Alan se abalanzó sobre la bruja. Empezaron a rodar violentamente sobre el suelo, en un lío de brazos y piernas entrelazadas, golpeándose. Acabaron los dos desarmados y nuevamente de pie, luchando cuerpo a cuerpo. Desgraciadamente Alan era mejor en artes marciales. Le dio un puñetazo en la cara a Alana, aunque no muy fuerte, ya que la chica consiguió esquivarlo en mayor parte, y aprovechando. Alan la agarró del cuello y la levantó por encima de él. Notó cómo le faltaba el aire.
-¡Alana! – exclamó Liam corriendo hacia ellos hecho una furia.
-¡Q…Quieto! – le gritó Alana intentando hablar. La mano de Alan le oprimía fuertemente. – No te metas… esta, esta es mi pelea.
Liam la miraba ansioso y preocupado. Tenía el cuerpo echado hacia delante, listo para atacar. Alana sabía que no aguantaría fuera del combate mucho tiempo.
-¿Qué te parece? – habló Alan sonriendo satisfecho. Alana volvió a mirarlo - ¿Y ahora que harás? Este es tu fin – su mejilla estaba sangrando allí dónde las uñas de Alana se había clavado.
-Nunca subestimes a una chica – consiguió decir Alana. Alzó las manos hasta ponerlas sobre las de él y concentró fuego en las palmas.
El chico gritó de dolor y soltó a alana, que calló pesadamente al suelo, pero la libertad le duró poco, porque tras unos segundos, Alan volvió a aprisionarla entre sus brazos, quedando muy cerca el uno del otro. La chica sin poder evitarlo recordó todos los momentos que había pasado con su novio Erik. Abrazos, besos, caricias… Todo había sido una completa mentira. La ira llameó en su interior como un volcán enfurecido.
-Bueno, ya que estamos así – Dijo Alana entrecortadamente – podría darte el último beso ¿no crees?
Alan, pillado totalmente por sorpresa, fue a decir algo. Alana rápidamente se acercó más y le besó en los labios. Fue un beso muy breve y sin el menor sentimiento. Aquél beso tenía otro final. Antes de que Alan pudiera retirarse, la chica mordió el piercing que él tenía en el labio y con un rápido y enérgico movimiento se impulsó con fuerza hacia atrás, separándose del cazabrujas.
La muchacha asqueada, escupió al aro de su boca, mientras lía el alarido de Alan. Levantó la cabeza para mirarle mientras volvía a coger sus dos cimitarras del suelo.
El labio le había empezado a sangrar sin parar, mientas la sangre bajaba por su barbilla y cuello empapando su camiseta:
-¡Estúpida zorra! – Rugió Alan rabioso clavando sus terroríficos ojos en la joven - ¡Te mataré!
Cogió su espada del suelo y corrió hacia ella, como una bestia aterradora.
Alana se apartó de su camino arrojándose a un lado con una voltereta lateral, después se incorporó rápidamente. El chico frenó en seco y dio media vuelta mirándola de una forma demente.
Pero la muchacha no se amedrentó- con un chasquido de dedos hizo aparecer un círculo de fuego que rodeó al cazabrujas.
-No deberías haber jugado conmigo de ese modo, Alan. Una chica es capaz de cualquier cosa cuando la encañas como tú me has engañado a mí. Te diré algo que en su día… - Alana miró a Liam – le dije a tu hermano – y volvió a mirar a Alan – y que ahora te diré a ti. – La mirada de la chica pareció arder como un gran incendio – Si juegas con fuego, te quemas.
Al terminar la frase, la chica alzó los brazos y obedientes las llamas se alzaron como muros. Acto seguido el fuego se lanzó en picado hacia Alan, que se perdió entre las llamas.
Después de unos segundos alana decidió extinguir el fuego y fue entonces cuando se percató de que Alan no estaba allí.
Fue a ponerse en guardia de inmediato, pero fue demasiado tarde. Notó una fría presencia a sus espaldas. Se giró bruscamente y se encontró de cara a Alan. Su espada estaba a la altura del cuello de la joven, besando su fina piel. La punta presionó un poco más la piel de la chica, dejando escapar un hilo de sangre.
Alan sonrió y seguramente, debido a la sangre que todavía chorreaba de su labio, la sonrisa pareció mucho más macabra. Se le erizaron los pelos de la nuca.
-Jaque mate – sentenció el cazador.
……………………………………………… (MOUSY)
El grupo de amigos avanzaba rápidamente a través del bosque. Selene iba en cabeza guiándolos, parecía muy concentrada en lo que había, clavando la vista fijamente en el frente. Aunque no había nada, estaba todo muy oscuro. Justo detrás de ella iban Matt y Gun. El primero con cara de preocupado mirando entre la espesura del bosque, y el segundo, miraba con cara rara a Selene. Mousy, desde la retaguardia estudiaba la situación. Gun y Selene se comportaban de manera muy extraña. Selene evitaba todo lo posible a Gun, y éste se limitaba a mirarla fijamente. Debido a su gran experiencia en culebrones y la variedad de series vistas, se veía capacitado para asegurar que se sentían atraídos mutuamente. Pero ¿Qué papel jugaba Matt en todo aquél embrollo? Supuestamente era gay, pero tenía demasiada buena relación con Selene, seguramente eran amantes. Tras el largo período que había pasado todos juntos había llegado a una conclusión: allí todo el mundo tenía líos menos él. Ashley y Liam, Gun y Selene, Gun y Ashley, Alana y Erik, Matt y Selene, incluso puede que Matt y Gun, aunque esto era poco probable, no acababa de ver a Gun siendo gay… aunque nunca se sabía, la vida sorprendía mucho últimamente.
Mousy seguía cavilando en sus cosas, cuando repentinamente Selene frenó en seco, cayó de rodillas y alzó la mirada al cielo.
Tenía los ojos entrecerrados y la visa perdida. Sus pupilas estaban muy dilatadas.
Todos se acercaron corriendo a ver que le pasaba a la chica.
………………………………………………… (SELENE)
Había estado en gran parte concentrada hasta el momento percibiendo el aura con más intensidad, por lo que sabía que se estaban acercando. Pero repentinamente, como ya había pasado en varias ocasiones, algo tiró de ella hacia abajo y se sumió en la oscuridad. No vio ni el bosque ni a sus amigos, nada. Abrió los ojos de nuevo y se encontró con dos figuras frente a ella.
La primera era de media estatura, tenía el pelo muy rizado y negro, le llegaba hasta mitad de la espalda, y sus ojos plateados miraban expectantes a la persona que tenía enfrente. El otro era alto y fuerte, de piel morena y con unos grandes ojos marron oscuro casi negros. Sonreía a la chica mientras le tendía la mano. Reconoció a la chica en cuanto la vio. Se trataba de Alana, peo con el pelo más corto y la mirada totalmente diferente, aunque por el contrario, al chico no lograba identificarlo. Su cara le resultaba muy familiar…
-Juntos podremos hacer grandes cosas. Con tu alma de fuego y mi poder nadie podrá detenernos – Dijo el chico
La chica sonriendo, sin apartar su mirada de él, le cogió la mano. Al hacer éste gesto, en la muñeca de la chica quedó visible una marca, que ayudó a confirmar la suposición de Selene. Había una media luna plateada consumiéndose por un fuego negro…
-“¿Negro? – pensó Selene contrariada. Repentinamente le recorrió toda su espalda un fuerte escalofrío, aquello no le daba buena espina. Intentó separar a los dos chicos, pero empezaron a titilar y desparecieron como si fueran dos grandes llamas de fuego. Notó que subía de nuevo hacia la superficie y abrió los ojos.
Parpadeó varias veces antes de darse cuenta de que se hallaba de nuevo en el bosque. Sus amigos se encontraban alrededor de ella mirándola preocupados mientras la zarandeaban suavemente.
-¿Queréis parar? Estoy bien – dijo Selene volviendo en sí y apartándolos a todos.
-Honey ¿Qué te ha pasado? – Preguntó preocupado Matt
Selene miró instintivamente a Gun que la observaba muy serio.
-¿Has tenido…? – Preguntó el chico sin acabar la frase.
-si – dijo la chica asintiendo mientras se ponía en pie
Matt miró a uno y luego a otro deduciendo algo
-¿Qué es lo que está pasando aquí? – inquirió poniendo los brazos en jarras. A Selene le recordó a una madre. – Dejad ya el secretismo de una vez
-Tengo visiones
-Tiene visiones
Hablaron Selene y Gun a la vez. Se miraron sonriendo con complicidad
-Que…¡Que! – chilló Matt como un histérico - ¡¿Y como es que me entero ahora?! ¿Por qué él si lo sabe y yo no? Honey, me merezco una explicación.
De fondo se escuchó el susurro de Mousy
-Mis sospechas eran ciertas – el chico parecía sorprendido – Aquí hay lio
Selene sin hacer caso al comentario de Mousy se lo explicó todo. Cuando acabó todos se quedaron en completo silencio.
……………………………………………….. (MATT)
-Pero… ¿por qué no me lo dijiste antes? – Susurró Matt dolido – ¿es que ya no confías en mi?
Sintió un dolor en el pecho. Saber que ni tu mejor amiga confiaba en ti era deprimente. Pero que él supiera, no le había hecho nada para que no se lo contara.
Selene se mordió el labio y le miró con una disculpa.
-Lo siento mucho – se disculpó – te lo quería contar… pero no sabía como. Se que eres muy sensible y las cosas así te afectan mucho.
Matt la miró seriamente. Aunque la chica estaba en lo cierto, eso no era motivo para habérselo ocultado.
-Y alana ¿Lo sabe?
La muchacha negó con la cabeza bajando la vista hacia el suelo. El chico al verla tan desdichada iba a rendirse y consolarla, pero con esfuerza se mantuvo firme, Quería que ella viese que no siempre podía hacer lo que quisiera.
-¿Y por que no? La visión trata sobre ella – indicó Matt – Creo que tendrías que habérselo contado, es lo justo. Podríamos remediarlo.
Selene se revolvió contra él y empezó a llorar.
-¿Crees que hubiera sido lo mejor? ¿Saber las cosas malas que van a pasar? – Le gritó sollozando. Gun le puso una mano en le hombro, pero ella de un tirón se la quitó de encima. – No creo que le hubiera hecho un favor.
-Pero podríamos arreglarlo… - empezó Matt incómodo – podríamos…
-¿Todavía no te has enterado Matt? – Le cortó ella - ¡No se puede cambiar el destino! Por mucho que quieras. ¿Crees que ha sido fácil para mi saber desde el principio que va a pasar y no poder hacer nada? – Se sentó en el suelo y escondió la cara entre las rodillas – no tienes ni ide.
Matt que siempre sabía que hacer y que decir en cada momento, se quedó de repente en blanco, mirando a su amiga apenado.
Iba a disculparse cuando notó algo alrededor de ellos. Selene, que pareció notar lo mismo, levantó la cabeza y se puso de pie alerta.
-Atentos – gritó la chica cogiendo sus katanas
-¿Atentos a qué? – preguntó Mousy sin comprender
De repente de todas partes aparecieron encapuchados gritando. Se dispersaron rápidamente has rodearlos. Eran ocho.
-a eso – contestó Selene mientras la última lágrima que tenía en la mejilla caía suavemente al suelo.
…………………………………………… (ASHLEY)
Sentía un punzante dolor en la cabeza y estaba muy mareada. De fondo se escuchaba el ruido de una batalla. Abrió lentamente los ojos. Alguien estaba sentado junto a ella observando más allá de donde es encontraban.
-¿Liam? – Preguntó desorientada.
-Casi, pero no – Respondió una voz divertida
La chica se incorporó con lentitud y volvió a mirar alrededor. Estaba en el bosque, junto al lago que había cerca de Bänon. Giró la cabeza a su derecha. Allí estaba sentado Tay.
-¿Y Liam? – Preguntó la chica de nuevo. Le dolía mucho la cabeza.
-¿en serio creía que traicionaría tan fácilmente a Alana? – Respondió Tay con su sonrisa misteriosa..Ashley enmudeció sin saber que decir. Debería haberlo sabido, debería haber sabido que Liam no dejaría a aquella cría insolente, pero quiso creer que no era cierto. Que la prefería a ella antes que a alana. Estaba equivocada.
-No lo se – murmuró intentando poner la voz neutral – quería creer que sí, pero las cosas a veces no suceden como una quiere. Me he engañado a mi misma.
Se levantó trabajosamente y empezó a andar en busca de Alan. Desde allí se veía todo el lago, justo al lado de la orilla había un gran campo de fuerza en el que estaban tres personas. Desde allí no se veía muy bien quieres eran, pero Ashley se lo imaginó.
-¿Dónde vas Delta? –Preguntó Tay alzando la cabeza para mirarla
-¿Cómo que ha donde voy? Es lógico ¿no? – Dijo señalando el campo de fuerza -  tengo que acabar mi trabajo.
-¿Sabes que no permitiré que la matéis no? – comentó Tay mirándose la uñas
Ashley dio la vuelta en redondo.
-¡¿Qué?! ¡No puedes hacer eso! Es parte de la misión.
-Lo se, pero la necesito viva. Si hace falta te mataré a ti y a Alan. – Habló el chico como si estuviera hablando del tiempo.
-¡¿Crees que me voy a quedar de brazos cruzados?! ¡Pienso informar a alfa de esto! – rugió Ashley mientas se iba
Pero entonces frenó en seco y se quedó muy quieta. Un afilado sable descansaba en su cuello, listo para matarla. La chica asustada, sin mover ni un solo músculo, miró a Tay de reojo, quién sostenía el sable hábilmente.
-Tu no vas a decir nada ¿Y sabes por qué? – Comentó mientras le daba golpecitos con el frio metal en la barbilla – Porque sino yo contaré tu… “secretito”.
Ashley con una mezcla de sorpresa y miedo lo miró con los ojos muy abiertos.
-¿Cómo sabes…?
Tay le sonrió complacido.
-Lo se todo – La chica tragó saliva. – Así que, si te conviene… no dirás nada ¿de acuerdo?
-De… De acuerdo – Susurró Ashley consternada
-Una respuesta inteligente rubita – observó Tay bajando el sable.
……………………………………………………….. (LIAM)
De repente todo se quedó en silencio. Solo se escuchaba el viento. Alan apuntaba la punta de su espada justo en la garganta de Alana. La chica lo miraba atónita con los ojos muy brillantes. Todavía no llegaba a entender cómo había conseguido desaparecer y aparecer tan rápidamente ni Liam tampoco.
El chico estaba paralizado viendo la escena confuso.
-¿cómo has hecho eso? – Preguntó Alana asustada.
-Tu tendrás tu preciada magia, pero yo tengo objetos mágicos. Estamos en igualdad de condiciones. He ganado esta batalla limpiamente, así que dígnate a morir ante mí.
Entonces Liam pareció reaccionar y se movió a gran velocidad hacia su hermano. A pesar de estar herido, ignoró todo el dolor proveniente de la pierna. Tenía que salvar a Alana. Alan parecía haberle dejado de prestar atención, y aprovechó ese momento para apuntarle a él. Alargó su espada y apuntó a la nuca de su hermano. Su helado filo besó la nuca de Alan.
-Pues yo creo que no – Dijo Liam entrecortadamente del esfuerzo que había hecho. Notó que el cazabrujas se ponía tenso. – Deja ir a Alana y enfréntate a mí. Juro que si mueves un solo músculo te atravesaré con mi espada.
Durante unos segundos todos se quedaron muy quietos y conteniendo el aliento hasta que por fin Alan reaccionó y empezó a reír maníacamente. En un rápido movimiento dio un golpe con el mango de la espada en la cabeza de la chica, quien cayó desmayada al suelo. Se giró y encaró a su hermano. Golpeó ferozmente la espada de Liam desviándola de donde le estaba apuntando y empezaron a luchar.
Ambos hermanos, expertos en artes marciales, combinaban puñetazos y patadas junto con feroces estocadas. Estaban muy igualados a pesar de la grave herida de la pierna que tenía Liam. Si no tuviera la herida, Liam lo habría vencido hace tiempo.
Su hermano cada vez que atacaba intentaba darle justo en la herida para desequilibrarlo aún más, pero pocas veces conseguía acertar. Alan parecía estar sumido en un estado de locura, que lo cegaba y no llegaba a controlar bien toda su fuerza y su destreza, lo que era un punto a favor de Liam.
Alan empezó a aumentar el ritmo del ataque, visiblemente cansado, aunque Liam tampoco se lo ponía fácil.
De repente Alan fue a lanzarse contra él pero un segundo más tarde había desaparecido. Liam durante un segundo quedó desorientado, sin saber donde se encontraba su oponente, pero entonces notó como una presencia se precipitaba contra él desde su espalda, y se dio rápidamente la vuelta. Alzó la espada justo a tiempo para evitar el arma de Alan le atravesara el corazón, aunque la hoja le hizo un corte en la mejilla izquierda. El chico haciendo fuerza, empujó la espada de su hermano y de un salto se apartó de él. Los dos pararon un momento para coger aire entrecortadamente. Estaban agotados, pero Liam sabía que él no pararía hasta verle muerto. Alan, en un último arrebato de odio le propinó una fuerte patada en su pierna herida. El chico, se dobló dolorido y gritando de dolor. Su contrincante aprovechó para desarmarle, dándole un codazo en la mano y haciendo que Liam soltara la espada que sujetaba. Acto seguido le propinó otra fuerte patada en el estomago, que lo lanzó varios metros hacia atrás cayendo a escasos metros de Alana.
……………………………………………….. (ALANA)
Alana escuchó un fuerte ruido junto a ella. Abrió los ojos con mucha dificultad y se incorporó precariamente. Miró justo de donde provenía el ruido, a su lado se encontraba Liam muy malherido. El chico parecía ver que ella le miraba y le dedicó una cansada mirada. A Alana se le partió el corazón de verlo así, tenía que hacer algo por el. Justo en ese momento notó como una sombra se cernía sobre ella. Alzó la cabeza, y allí se encontraba Alan, sonriendo victoriosamente. En su mirada se leía que aquel iba a ser el final de la chica.
………………………………………………. (SELENE)
Corrían desesperados en pos de Alana. Selene notaba que algo no iba bien. Habían perdido demasiado tiempo luchando contra aquellos tipos, pero por lo menos habían vencido. A pesar de todas las heridas y rasguños que tenían, todos parecían notar que no muy alejado de allí ocurría algo grave.
El dolor de cabeza de Selene aumentaba por momentos, no estaba segura de lo que quería decir eso, aunque tenía sus sospechas.
Por fin llegaron a la linde del bosque y entraron en un gran claro. Justo en el medio del claro se encontraba un gran lago, y junto a él, un campo de fuerza.
En su interior alguien alzaba una espada contra dos personas tiradas en el suelo.
Cuando se acercaron más vieron una horrible escena. Alan dejó caer la espada con violencia sobre uno de los cuerpos.
……………………………………………… (ALANA)
La chica vio horrorizada cómo la espada bajaba hacia ella con gran violencia.
-“Voy a morir” – Pensó la chica – “este es mi final”
Todo pasó muy lentamente. La chica sin poder moverse miró la espada que descendía sobre ella, su brillante filo se reflejó en sus ojos y fue cuando se encontró cara a cara con la muerte. Pero entonces alguien gritó su nombre. Justo antes de que la espada se clavara en su débil cuerpo algo se interpuso en la trayectoria de la espada. Alana asustada se agazapó y apartó la vista. Se escuchó el ruido de la hoja de la espada cortando algo. Después solo huno silencio. Alana no había notado ningún tipo de dolor, ¿estaría ya muerta?
De fondo se escuchaba la risa maníaca de Alan, y supo que algo no iba bien. Reuniendo todo el valor que pudo y alzó la mirada, y lo que vio la dejó completamente helada.
Liam, de rodillas y de espalda a ella, la protegía con su cuerpo.
Alana se quedó sin respiración y sin saber que haber. Entonces el pesado cuerpo de Liam calló hacia atrás. La chica en un acto reflejo extendió los brazos y agarró a Liam para evitar que cayera. Desesperada miró todo su cuerpo para comprobar si tenía alguna herida. Entonces fue cuando lo vio. Un largo y profundo tajo atravesaba desde el hombro izquierdo, hasta la cadera derecha del chico. No paraba de sangrar y Liam cerraba los ojos con fuerza intentando aguantar el dolor. Alana desesperada empezó a llorar y a llamarlo por su nombre con la voz desgarrada. El chico cada vez estaba más pálido y con menos fuerzas, la chica notaba cómo la vida de Liam se iba poco a poco y ella no podía hacer nada para evitarlo.
…………………………………………………… (SELENE)
Todos se quedaron paralizados, incrédulos ante la escena. A Selene le daba vueltas la cabeza, sus peores pesadillas se estaban haciendo realidad.
Alana gritaba y lloraba, salpicaba de sangre, mientras sostenía en sus brazos el lacio cuerpo de Liam.
Quería apartar la mirada de allí ya que le parecía insoportable. Pero no podía, estaba demasiado asustada para hacerlo.
La visión acababa de cumplirse.
…………………………………………………… (ALANA)
-Liam, por favor, quédate conmigo – balbuceó Alana mientras acunaba en sus brazos al chico – No me dejes… Tú, no.
Liam empezó a toser sangre y a dar pequeñas convulsiones. Estaba temblando y su temperatura corporal bajaba peligrosamente por momentos.
Alana sintió el fuego en su interior. Las carcajadas de Alan sólo empeoraban las cosas. Eso merecía una venganza. Alana dejó con mucha suavidad el cuerpo de Liam en el suelo y se levantó lentamente, muy decidida.
Cuando se hubo situado frente a Alan, con un grito de odio hizo aparecer llamas a su alrededor. Lo único que se distinguía era el fuego. Alan sorprendido dio un paso atrás.
Las llamas poco a poco fueron cobrando forma. Un imponente león ígneo se alzaba junto a Alana, con sus ardientes ojos fijos en Alan.
-Esto es por Liam – dijo la chica fríamente mientras le señalaba. El león rugió ferozmente y se abalanzó contra Alan, envolviéndolo en llamas. El cazabrujas empezó a gritar con desesperación y cayó al suelo hacia atrás, pero el león seguía lanzándole zarpazos sin piedad. En uno de los golpes, Alan fue lanzado contra una de las piedras que formaban el campo de fuerza y la movió. Éste se desvaneció al momento, liberándolos de la transparente prisión.
El león, con un último mordisco desapareció, dejando a Alan tirado en el suelo, medio muerto en un charco de sangre.
-¡Alan! – gritó una voz familiar. Ashle que había venido desde el otro lado, se arrodilló junto el cuerpo malherido sollozando. Después alzó la vista al cielo y gritó:
-¡Tayson! ¡Sácanos de aquí!
En cuanto la petición fue formulada, desaparecieron sin mas entre un espeso humo negro.
Alana, quien había observado toda la escena impávida, se giró y vio Liam tirado en el suelo mirándola y aferrándose a la vida cómo podía. Dando traspiés, la chica consiguió llegar hasta él y volvió a abrazarlo, acunándolo suavemente. El chico en un último esfuerzo, clavó su verde mirada en la de la chica y le susurró sin fuerza:
-Alana… por favor… perdóname… por favor… no me olvides…- y con el último aliento que le quedaba añadió- te quiero…
Alana aquél momento le recordó al momento en que su abuela murió también entre sus brazos y le dijo esas mismas palabras de despedida…
-¡LIAM! ¡No te mueras por favor! ¡No quiero vivir en un mundo dónde no estés tú! ¡LIAM DESPIERTA! – Las lágrimas de la chica le cegaban. Caían en torrente y mojaban la cara de Liam.
El chico la miró por última vez y después, poco a poco la chispa que había en sus ojos fue apagándose lentamente hasta que solo hubo oscuridad.

*Hijas de Danna: Flor curativa que corta las hemorragias y cura ciertas heridas. Este nombre le fue dado debido a una antigua bruja llamada Dana, que era famosa por su habilidad con la magia blanca que lo curaba todo.
**Cinco en número romano: al levantar dos dedos, Selene hizo la forma de “V” y el número cinco en romano se escribe igual. Es un chistecillo para los de humanidades 

viernes, 5 de agosto de 2011

CAPÍTULO 23 **Everybody’s fool** (Evanescence)


……………………………………………………. (ALANA)
-¿Qué? – Alana miró incrédulo a Liam. Aquello tenía que ser un error… Le estaban tomado el pelo. No podía ser verdad – Eso no puede ser, es un error. Liam ¿a que juegas?
El chico, que tenía su dura mirada clavada en la de Erik, apartó la vista un momento y la miró a ella. Conocía muy bien esa expresión en su rostro. La que ponía cuando decía la verdad, pero aún así no quería creerle.
-Liam, si es una broma pesada no tiene ninguna gracia…
-No es ninguna broma – El chico lo decía muy en serio. Alana observó que en apariencia parecía tener el cuerpo relajado, pero en realidad estaba en tensión, preparado para lanzarse contra el otro chico a la menor oportunidad. – Alana apártate de él – zanjó Liam
Alana seguía en medio, mirando a ambos desesperada sin saber que hacer. Los chicos, que parecía ignorarla, se miraban fijamente con el desafío grabado en sus ojos.

…………………………………………………… (SELENE)
Hacía rato que vagaba sin rumbo por la oscuridad. No era realmente consciente de lo que había pasado, sólo lo veía todo negro y parecía que el tiempo pasó volando. Abrió los ojos de golpe y la luz le cegó, aunque no era exactamente luz, sino blancura. Se hallaba en un espacio completamente blanco en el que no había ni suelo ni techo… conocía de sobra aquel sitio. Es donde Selene había tenido su primera visión. Miró alrededor intentando buscar algo cuando por fin lo encontró.
A unos cuantos metros de ella había tres personas. La primera, en el centro, era Alana. La chica miraba a ambas personas con preocupación.
En la primera visión que tuvo, estas dos personas no tenían cara, ni identidad, y siempre que la visión se repetía sus caras aparecían con mayor claridad, aunque no lograba averiguar quienes eran.
Pero entonces observó con sorpresa que ésta vez las caras se había definido completamente. Se trataba de Liam y Erik.
Selene abrió la boca sorprendida e intentó llamarlos, pero sabía de sobra que eso no servía de nada. Solo era una visión… que se estaba cumpliendo.
-“Selene, Selene, Selene…”
Debía hacer algo cuanto antes.
-“Selene, Selene…”
Es cuando se dio cuenta de que una voz la llamaba insistentemente. Se esforzó en contestar, en salir de allí.
Y entonces notó un fuerte tirón que la arrastraba, y las imágenes desaparecieron, volviendo a la oscuridad. La voz no dejaba de llamarla.
Por fin pudo abrir los ojos poco a poco. Inclinada sobre ella estaba Mousy histérico, zarandeándola con insistencia.
-¡Selene! – exclamó cuando la muchacha abrió los ojos - ¡Por fin despiertas!
…………………………………………………. (ALANA)
-He dicho que te apartes de ahí Alana – le urgió el chico mirándola
Alana se volvió hacia Erik tragando saliva. El corazón le latía a mil por hora.
-Erik, dime que no es cierto…
-No,  - le cortó él mirándola fríamente mientras ladeaba la cabeza. – mi querido hermanito tiene razón. De verdad, ¿eres tan estúpida que no te has dado cuenta?
A Alana no le salieron las palabras, de repente se había quedado muda.
-He vivido contigo cuando éramos críos, y ni siquiera me reconociste.
-Has cambiado mucho… - Consiguió balbucear.
-Ni siquiera te diste cuenta del parecido que tenemos Liam y yo…- Explicó Alan.
-Puede que en el físico, - escupió Liam asqueado – Pero en nada más
-Nos parecemos más de lo que en realidad quieres admitir. – Dijo Alan sonriendo divertido – si no ¿Por qué le has estado ocultado tanto tiempo la verdad? ¿Por qué no le dijiste desde el principio quién era yo
La chica conteniendo el aliento volvió a mirar a Liam. Por unas milésimas de segundos a Alana aquello le recordó a un partido de tenis, en el que cada tenista se devolvía la pelota, mientras ella miraba de lado a lado contínuamente sin parar.
Se quedó mirando fijamente a Liam con lágrimas en los ojos. Se sentía totalmente traicionada ¿Cómo podía Liam haberle ocultado algo así? ¿Cómo había sido capaz de hacerle aquello?
El chico la miró a los ojos directamente y vió que había dolor en ellos.
-Sabes perfectamente por qué no dije nada. – Rugió Liam a Alan. Cerró las manos en puños conteniéndose. – Tu me obligaste a callar…
-ya, y tu lo aceptaste sin más – le cortó – Sabías muy bien que mis intenciones no eran buenas, que después de tanto tiempo no iba a aparecer para hacer las paces
-Si, lo sabía. Pero te recuerdo que me amenazaste – Gritó Liam dando un paso adelante, rojo de la rabia – Dijiste que si me atrevía a contarle a Alana quien eras la matarías tarde o temprano, y sabía que eres capaz de eso y mucho más. Podía haberme arriesgado, contárselo y protegerla, porque se que soy mejor que tú. Pero no quería correr ese riesgo… - Volvió a clavar en Alana su mirada cargada de sentimientos - … No podía arriesgarme a ponerla en peligro y perderla. – Y dirigiendose solamente a ella dijo – Eres demasiado importante para mí…
Alan repentinamente empezó a reirse a carcajadas.
-Mi hermanito… Tan sensible como siempre. Eso es algo que siempre  he odiado de ti… Pero ahora dejémonos de tanta palabrería. Voy a mataros a los dos… - Alana miraba a Alan sorprendida, no acababa de creérselo, no quería creérselo. ¿Cómo habían podido engañarla durante tanto tiempo? ¿Cómo había podido ser tan estúpida de dejarse engañar? Todos le habían visto la cara de tonta… En ese momento se acordó de cuando era pequeña. Todos los niños se reían de ella porque se lo creía todo, porque era demasiado inocente. Y por lo que veía, así seguía siendo.
-Bien, creo que empezaré por ti. – Dijo Alan acercándose a Alana.
-¡No! ¡No te lo permitiré! – Liam perdió la paciencia que le quedaba y se lanzó contra su hermano. Erik, viéndolo venir, sacó un pequeño y afilado cuchillo y lo lanzó contra Liam, acertándole en su pierna izquierda. El chico cerró los ojos dolorido e hincó una pierna en el suelo, pero no dio muestras de dolor alguno, no iba a darle esa satisfación a Alan-
-Cada uno a su debido tiempo, hermanito – la sonrisa de Alan no podía ser más macabra – No seas impaciente… Bien empezaré primero por ti niña estúpida.
Alan agarró a la chica de los pelos, le dio un tirón para acercársela a la cara y mirarla a los ojos. Alana gritó de dolor.
-Quiero que sepas una cosa antes de que mueras – Le acarició suavemente la mejilla. Alana, al recibir aquella caricia, recordó todos los momentos que había vivido con su novio Erik. Todas las veces que la había mirado a los ojos, y le había dicho que la quería… Todas las caricias, todos los besos… a pesar de todo lo que estaba sucediendo, Alana era incapaz de reaccionar – Disfrutaré con tu muerte, igual que disfruté con la de tu abuela.
Alan le soltó el cabello y la tiró frente a él. Alana calló de rodillas con todos los pelos en la cara. Estaba completamente en shock. Alan sacó una pistola y le apuntó a la cabeza. Liam intentaba acercarse desesperadamente, pero con una sola mirada su hermano le advirtió que si daba un solo paso más, Alana moriría.
……………………………………………………. (LIAM)

El dolor de la pierna izquierda era insoportable. La hoja del cuchillo tenía impregnada veneno corrosivo para impedir que se cerrase la herida. Su pantalón estaba rasgado justo por donde la hoja del cuchillo había pasado dejando ver la fea herida que sangraba manchándole toda la prenda. A pesar de todo aquello seguí intentando salvar a Alana, tenía que encontrar la manera.
La chica se hallaba a los pies de Alan, en estado de shock. No había dicho ni una sola palabra…
-¿Tus últimas palabras? – Le preguntó Alan a la chica con una sonrisa malévola.
Entonces la jóven pareció volver a la realidad. Levantó la cabeza para mirar a Alan. Ni siquiera parecía darse cuenta de que la estaban apuntando con una pistola.
-Por favor, me merezco una explicación de todo lo ocurrido…
Durante unos segundos todo se quedó en completo silencio. Alan miraba desde arriba a Alana pensativo. Después se encogió de hombros y se apartó un poco de ella dejándole de apuntar a la cabeza.
-Está bien, vais a morir de todas formas así que te concederé eso. – Se dirigió unos pasos más allá de la chica y se agachó en el suelo depositando algo.
Fue entonces cuando Liam se dio cuenta de que estaban rodeados por un gran círculo de pequeñas piedras. Al dejar la última en su lugar, Liam pudo sentir como algo se alzaba sobre ellos. Mió más allá del círculo y vió que el aire y todo lo demás se movía como si fueran hondas de agua.
-“Ahora si que no podemos escapar” – Pensó Liam desalentado.
Su hermano acababa de crear un campo magnético del que no se podía ni salir ni entrar. Estaban atrapados
-Veamos… ¿Por dónde empiezo?
……………………………………………………….. (MOUSY)
Mousy dejó espacio a la chica para que se incorporara. No entendía muy bien lo que había pasado antes. Lo único que recordaba era haberse tomado la sopa preparada por Ashley, luego se había sentido muy extraño, como si estuviera borracho. A partir de ahí ya no recordaba nada. Solo haberse despertado repentinamente en mitad del granero. Después había visto a los demás, inconscientes en el suelo. Pero cuando más se había asustado era cuando había visto a Selene, dando pequeñas convulsiones.
Ahora que por fin había despertado, se había quedado más tranquilo.
-Despacio, con cuidado – Añadió el chico ayudando a Selene a incorporarse
-¿Qué ha pasado? – preguntó la chica sacudiendo la cabeza intentando despejarse - ¿Qué hacemos aquí?
Mousy, como única respuesta se encogió de hombros. Él estaba igual de perdido que ella. Al lado de ellos solo estaban Matt y Gun, pero no había señal de Liam, Ashley y Alana.
-¿Dónde está Alana?
-No se, yo me acabo de despertar ahora mismo – Notó que Selene se ponía tensa. Se levantó de un salto tambaleandose un poco.
-Vamos a despertar a los demás. Tenemos que buscar a Liam, Alana y a Ashley. Están en peligro.
-¿Cómo lo sabes? – dijo Mousy sorprendido acercándose a Matt y zarandeándole
-Acabo de tener una visión
-¿Visión? ¿Tienes visiones? – Se apartó ya que Matt estaba volviendo en sí.
-Es una historia muy larga de explicar, no tenemos tiempo – La chica se arrodilló junto a Gun y trató de despertarle.
-¿Qué ha pasado? Preguntó Matt confuso con los ojos todavía medio cerrados.
-Despues te lo contamos, ahora tenemos que ir a por los demás.
La chica siguió intentando despertar a Gun, pero éste no lo hacía. Frunciendo el ceño cogió al chico del hombro y lo puso boca arriba. Entonces se dio cuenta de que estaba sangrando, tenía una herida en la sien. A Selene le empezó a latir el corazón con fuerza, parecía que no respiraba. Empezó a zarandearlo con urgencia y a darle bofetadas, pero seguía con los ojos cerrados
-¡Gun, despierta!
Mousy y Matt se levantaron rápidamente.
-Necesita un olor fuerte para poder despertar… Si es que está incosciente…- comentó Mousy con urgencia.
-¡Yo tengo colonia fuerte! – chilló Matt abanicándose con las manos – Aunque no se si coger la de Ralph Lauren o…
-La que sea – le cortó el cazabrujas
……………………………………….. (SELENE)
Los dos chicos se fueron donde tenían las mochilas, dejando sola a Selene aunque ella casi no se dio cuenta. Estaba demasiado preocupada intentando reanimar a Gun, pero por mucho que lo intentaba no lo conseguía.
Desesperada comenzó a llorar
-¡Maldita sea! ¡Despierta idiota! – Exclamó mientras pegaba débilmente al chico.
-¿Puedes parar de pegarme hostias? – se quejó Gun mientras cogió los puños de Selene todavía mareado
-¡Gun! – Dijo la chica inclinandose para asegurarse de que estaba bien. Unos mechones de su cabello se le escaparon de detrás de la oreja y rozaron la cara de Gun – Estás bien…
Gun todavía tumbado abrió lentamente los ojos y los clavó en los de Selene
-¿Estoy en el cielo? – preguntó todavía atontado
-Eres idiota, me tenía preocupada – Con un tirón se liberó de las manos de Gun.
El muchacho se incorporó torpemente.
-Con que… - dijo mirándola divertido - ¿Estabas preocupada por mí no?
Selene notó que enrojecía por momentos. Empezó a secarse las lágrimas
-¿Yo? ¿Preocupada por ti? Más quisieras…
Gun le iba a contestar cuando llegaron Matt y Mousy a prisa. Cuando vieron despierto al cazabrujas pararon en seco. Fueron a decir algo, pero Selene levantándose se les adelantó.
-No hay tiempo que perder. Debemos buscar a los demás – les urgió. – Seguidme.
……………………………………………………… (ALAN)
-Como ya sabrás estuve algún tiempo en MI casa, pero en cuanto apareciste tú y el estúpido de mi hermano no pude soportar la idea de que mis padres me ignoraran y me dejaran de lado, mostrando más atención a vosotros que a mí. Fue entonces cuando apareció mi odio. Ese odio que todavía pervive en mí, y que cada día va siendo más fuerte. Aunque esto no es nada nuevo para vosotros, ya que seguramente como recordaréis, os hacía la vida imposible, os ponía en ridículo…
Y eso me divertía mucho, y me complacía aún más. Quería hacer lo que fuera para sacaros de allí, pero al final sucedió todo lo contrario. Los estúpidos de mis padres se percataron de toda la maldad y oscuridad que había en mí, y decidieron apartarme de sus vidas. Me enviaron con mi tia lejana Margaret.
Mis padres eran lo más importante que yo tenía, me sentí traicionado. El amor se convirtió en odio y me juré a mi mismo que nunca más sentiría afecto por nadie. El amor es un sentimiento inútil. Que solo sirve para destruirnos, que nos va matando poco a poco. Así que al final tuve que irme con esa desquiciada vieja. Me trataba como si fuera un vil sirviente. Nada más sabía dar órdenes y quejarse. Pero se equivocó conmigo. Yo no he nacido para servir, sino para que me sirvan. Estuve cinco años aguantándola, hasta que decidí escaparme, no sin antes acabar con su vida. Fue la primera víctima que sufrió los efectos de mi ira.
Tenía trece años, ¿dónde iba a ir? No tenía dinero, no tenía nada. Vagué unos cuantos meses como un pobre mendigo, vivía de lo que me daban los demás, comía de lo que conseguí cazar… Pero entonces la encontré a ella. Alfa. Ella me rescató de la más inmunda pobreza y cuidó como si fuera de su misma familia. Pidió a los mejores maestros que me enseñaran a luchar, que me formaran. Me enseñó todos sus ideales y su forma de pensar, sus intenciones. Yo las acepté. Cada día fui mejorando más y más, hasta que gané un sitio privilegiado dentro de la organización. Ellos son como una familia. Puede que mi apellido siga siendo Blackborn, pero hace tiempo que renegué de esa familia – Alan se dio media vuelta y se levantó el pelo de la nuca, quedando a la vista su tatuaje. Se trataba de una estrella invertida, con una serpiente enroscada en ella y en la cola sujetaba un racimo de extrañas flores. El tatuaje estaba casi borrado, lleno de cicatrices que indicaban que lo habían destruido a consciencia. Aun así lo identificó por la forma y porque Liam tenía uno igual, en el mismo lugar, pero sin borrar. Era el símbolo de la familia Blackborn.
Liam sofocó una exclamación. Miraba a su hermano muy sorprendido.
-Alan… ¿Qué has hecho? – Dijo a media voz - ¿Cómo has podido?
Alan volvió a darse la vuelta complacido por la reacción del joven.
-¿Qué pasa? Tampoco es tan grave…. ¿No? – Comentó Alana
Liam negó bruscamente con la cabeza
-Es muy grave, Alana, para un cazabrujas si. Renegar de tu familia en nuestro mundo es una de las cosas más graves que alguien puede hacer… En algunos casos se paga…
-… Con la muerte – terminó la frase Alan restándole importancia. – Para poder matarme primero tendrán que cogerme… y averiguar lo que he hecho. Pero sois unos de los pocos que sabéis esto, y de todas formas vais a morir.
-Aun no has explicado que tengo yo que ver en todo esto, ni el por qué me involucras.
-¿Aun sigues sin entender nada? La organización estaba investigando una leyenda muy antigua, la leyenda del “Segundo dios”. Primero robamos la espada del tercer héroe, ya que es un elemento fundamental del rompecabezas. Después, vimos que tu abuela poseía cierta… ·”información” sobre esto, y no solo cierta información, sino también los planos que contenía la localización de “la puerta” y algunas de las llaves que la abren. Nos hicimos con los planes cuando atacamos Hollow Castle, tu amigo Tay hizo un buen trabajo mermando los sistemas de seguridad del colegio. Pero aún así no conseguimos las llaves, así que pensamos que las podías tener tú, por eso te investigamos y me acerqué a ti, para intentar averiguar más, pero me serviste de poco, lamento haber perdido el tiempo contigo. Por eso ahora he decidido matarte. Voy a vengarme por haberme robado a mi familia, y eso va por los dos.

……………………………………………. (LIAM)
El chico todavía no se había terminado de creer lo que estaba pasando. Si no hacían algo pronto lo dos iban a morir a manos de Alan. Solo de pensar en aquello una gran ira le inundaba por completo. Nunca se dejaría asesinar por su hermano, era demasiado orgulloso para eso. Al principio, cuando Alan había expresado todo el odio que sentía se había sorprendido, incluso había tenido miedo de que alguien pudiera odiarle tan intensamente. Pero entonces comprendió que aquél sentimiento era mutuo. No le perdonaría nunca lo que había hecho. Había destrozado completamente a sus padres, había renegado de la familia, había deshonrado el apellido Blackborn e incluso había matado a un familiar… Pero lo que nunca le perdonaría de verdad era todo el daño que le había hecho a Alana. No permitiría que nadie más le hiciera daño, aunque sabía muy bien que parte de ese daño se lo había hecho él mismo mintiéndole sobre Alan, y se sintió como un miserable.
No se dejaría manipular de nuevo por nadie. Recordó aquel día en el que Alan le chantajeó de aquél modo.


“-Chicos- dijo Alana para llamar su atención- está decidido. Erik también viene.
Liam le dirigió una mirada de puro fastidio pero no dijo nada, algo que sorprendió mucho a Alana.
-Liam- le llamó Erik sorprendiendo aún más a Alana y a los demás- tengo que hablar contigo un momento.
-Pero que…- empezó la chica.
-Tenemos que dejar de lado nuestras diferencias y lo que sucedió en el pasado, como dos personas  responsables- le explicó Erik a Alana. Después miró de nuevo a Liam- ¿Vienes?
El chico que seguía con cara de desconcierto aceptó y salieron a la calle. Alana le dirigió a Selene una mirada de preocupación. Ésta sólo se encogió de hombros y comentó:
-¿Quién entiende a los tíos?
Liam salió por la puerta seguido de Erik. Anduvieron unos cuantos pasos hasta pararse en la esquina de un edificio apartado. Cuando llegaron Liam se dio la vuelta para encararse con el chico. Éste lo miraba con una mezcla de curiosidad y diversión.
-Alan, ¿Qué es lo que pretendes? No se muy bien de que va todo esto, pero… apártate de Alana.
-¿Así recibes a tu hermano mayor después de tanto tiempo? – dijo Alan simulando un todo de voz dolida – Tus modales cada vez a peor, ¿es que papá y mamá no te enseñaron nada? Aunque claro, nunca dejarás de ser un niño malcriado.
-¡Cállate! ¡Tú no tienes derecho a decirme nada! – rugió Liam rojo de la rabia – Te fuiste sin dejar rastro y no volví a verte hasta hace poco. ¿Te crees con el derecho de hablarme así? ¿Sabes lo destrozados que están nuestros padres?
-Bah, siempre han sido unos sentimentales, como tú – dijo meneando una mano y restándole importancia – Yo por el contrario soy más fuerte. Nunca me ha gustado la debilidad.
Liam empezó a dar nerviosas vueltas de un lado a otro como un león enjaulado.
-Todavía no me has explicado que estás haciendo aquí y por qué estás haciendo esto. Se perfectamente que odias a Alana, sino no me habrías dado aquella pequeña charla de niños…
-Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto tuyo. No tengo por qué explicarte nada.
-Alana si es asunto mío, y no pienso dejar que le hagas nada.
-¿Entonces sigues encaprichado con ella? Era de esperar… La escoria siempre se atrae entre ella…
Liam enfadado, arrinconó a su hermano contra la pared y le cogió del cuello de la camisa amenazándole.
-No se muy bien lo que pretendes, pero pienso decirle a Alana a toda la verdad, ¿Me has visto la cara de idiota? No voy a dejar que la utilices de esa manera. Ella no es un juguete con el que jugar y luego dejarlo tirado.
Erik o Alan se zafó del brazo del chico con un simple empujón y lo miró fijamente a los ojos, con mucha fiereza.
-No me pongas tu sucias manos encima – Dijo arreglándose el cuello del a camisa – Tú querido hermanito, no vas a decir nada, porque si lo haces… vas a tener que asistir al funeral de Alana, y tu no quieres eso… ¿Verdad?
Liam se quedó helado al momento, no esperaba esa reacción por parte de su hermano. Siempre había sabido que era malvado, pero nunca hasta esos extremos.
-¿Se… serías capaz de matar a alguien? – balbuceó asustado Liam
-Lo he hecho ya muchas veces, y no será la última.
Liam retrocedió unos pasos sin poder creerlo. En el poco tiempo que había estado desaparecido había cambiado mucho, y para peor.
-Sabes que no me voy a quedar de brazos cruzados, yo la protegeré con mi vida si hace falta. Sabes que puedo vencerte, sabes que ya lo hice una vez.
-Allí no venció nadie, tu querido amiguito nos separó. Si no, tú ahora mismo no estarías aquí tan pancho. Estarías bajo tierra. Y aunque quieras protegerla, no te conviene. Además tengo muchos aliados, y si me diera por mandar a todos a la vez, dudo que pudieras con todos. Te lo advierto por última vez hermanito, si le dices algo a Alana, será la primera de la lista en morir, y tú serás el último a quien mate, así podrás disfrutar de todo el espectáculo.
Liam estaba muy furioso, en aquellos momentos quería arrancarle la piel a tiras a Alan, aun por encima de aquello estaba aterrado. No por él, sino por Alana. No  soportaría que nadie le hiciera daño. No podía contárselo, además estaba seguro de que no le creería, y eso empeoraría las cosas. Tenía que seguir su juego.”

Alan se puso serio de repente.
-“El descanso ha terminado.”- pensó Liam poniéndose en guardia. Alan volvió tranquilamente sus pasos hacia Alana y empezó a levantar la pistola lentamente, como si disfrutara de aquel momento a cada segundo. Liam sin pensárselo dos veces cogió el fino cuchillo que se hallaba a su lado y que su hermano le había lanzado antes, y lo tiró contra éste, acertándole en la mano. La pistola salió despedida de su mano y atravesó el campo magnético. Alan gritó con fuerza, el cuchillo había herido su mano que no paraba de sangrar y le dirigió una feroz mirada al joven.
-Me tienes ya harto, ¿Sabes qué? Creo que acabaré primero contigo. – Dijo mientras desenvainaba una afilada espada de su cinto. Avanzó hacia su hermano amenazante y con la espada en alto. Cuando se acercó un poco más, vio que sus ojos castaños estaban totalmente dilatados, casi negros. La ira lo dominaba en aquellos momentos.
Alana, quien seguía allí en medio, arrodillada, pareció reaccionar al ver a Liam en peligro. Se concentró e hizo aparecer otra espada de aspecto peligroso.
-¡Li! – gritó mientras se la lanzaba hábilmente. No le había llamado así desde hacía mucho tiempo
El chico, se giró y cogió la espada al vuelo. A pesar de que estaba herido, tuvo fuerzas para levantarse y encarar a su hermano.
Alana también se puso en pie, y hizo aparecer sus dos ardientes cimitarras. Salió corriendo y se puso frente a Liam con intención de defenderlo.
-Voy a protegerte aunque me cueste la vida, como tu has hecho todo este tiempo. Así nuestra deuda estará saldada. – Habló Alana severamente sin apartar su ardiente mirada de Alan - Nunca te perdonaré que me mintieras de esa manera.
-“Tenía que luchar contra Alan, pero tras escuchar las palabras de la chica se dio cuenta de que la batalla más dura aún estaba por empezar. Alana tendría que perdonarle."

FIN DEL CAPI

martes, 2 de agosto de 2011

Capítulo 22 **Ashley** (Escape the Fate)

……………………………………………… (ALANA)
Alana seguía con los ojos cerrados. Estaba muy a gusto allí acurrucada. El cálido brazo de Liam la rodeaba, aunque estaba algo inquieta. Notaba como si alguien les estuviera observando fijamente. Se removió nerviosamente, y decidió abrir los ojos.
Allí a su alrededor se encontraban sus amigos mirándoles divertidos. Matt les sonreía pícaramente. Gun por el contrario, estaba tirado en el suelo, muerto de la risa y Mousy le miraba resignado negando con la cabeza. Apartada de todos se encontraba Ashley, que la miraba muy seria, se notaba a la lengua que hacía un gran esfuerzo por contener su enfado. Alana se levantó lentamente, medio asustada, y con el pie dio unos pequeños toquecitos a Liam:
-Esto… Liam… despierta
Liam pareció no notar nada y siguió balbuceando en sueños. Entonces en mitad del claro Alana vio algo que le alegró por completo la mañana
-¡Selene! – Gritó medio sorprendida mientras corría hacia la muchacha y le daba un gran abrazo - ¡Sabía que despertarías!
Selene con una gran sonrisa le devolvió el abrazo. Liam con todo el alboroto había despertado por fin, y miraba a todos un tanto desorientado:
-¿Pero qué…?
-¡Estoy hay que celebrarlo! – Exclamó muy emocionado Matt, y con un chasquido de dedos, hizo aparecer una radio rosa. - ¡Dale caña!
-¡Fiestaaa! – Selene descontrolada, corrió a ponerse al lado de Matt. Este le dio al botón de play y la música comenzó a sonar…
-I’m a single ladies, I’m a single ladies!!- Cantaban los dos mientras bailaban la coreografía perfecta de la canción. Todos los miraban con la boca abierta, menos Mousy, que marcaba el ritmo, tímida y alegremente con los hombros y la cabeza. Cuando acabaron de bailar, todos rieron a carcajada limpia. Era una buena manera de descargar tensiones.
Cuando se hubieron ya tranquilizado un poco, Liam, mientras miraba de un lado a otro preguntó:
-¿Y Shawn? ¿No viene con vosotros?
- No ha podido venir.-Explicó Gun aún sonriente mirando a Selene burlón.-Tenía mucho trabajo y se ha tenido que quedar.
-Vaya, no me pude despedir de ella…
-Bueno, ¿Y que hacéis aquí? ¿Cómo nos habéis encontrado tan pronto? – Preguntó Alana con curiosidad.
-Si hasta un niño de tres años te encontraría – Afirmó Gun con un asentimiento de cabeza. De fondo Liam empezó a reírse.
-¿Ves? Te lo dije
Alana le dio un codazo amistoso al chico en el estómago.
-Hemos venido porque no te vamos a dejar enfrentarte sola a Alan. – Empezó Matt orgulloso.
-Así es, nos enfrentaremos a él todos juntos – Siguió Gun
-Y le daremos una buena patada en su pestoso culo – añadió Selene sacando la lengua.
-Sí, y a pesar de que hace poco tiempo que te conozco – Dijo tímidamente Mousy – Me has caído genial, y he decidido enfrentarme yo también a Alan.
Alana, un tanto emocionada les dio un fuerte abrazo a todos y añadió:
-Os lo agradezco mucho a todos, de verdad, pero no puedo dejar que os expongáis más, alguien podría volver a salir herido – dijo la chica apenada mientras dirigía su mirada hacia Selene – Y esta vez puede que no despierte más…
-Eh – interrumpió Liam mientras se acercaba a ella y le agarraba por la cintura desde detrás. Ashley les lanzaba miradas asesinas desde dónde se encontraba – Ya te dije en su momento que siempre te protegería y siempre estaríamos juntos, así que no te va a ser fácil deshacerte de mí. Y por lo que veo, los demás piensan lo mismo.
Todo el grupo que los miraba sonriente asintió a la vez. Liam se adelantó y la cogió de la mano:
-Entonces decidido, ¡En marcha!
Matt que no cabía de gozo, se acercó a ambos chicos, les pasó los brazos por los hombros y les preguntó pícaramente:
-Una pregunta así, antes de volver a ponernos en marcha, que creo que nos interesa a todos – La sonrisa del chico no podía ser más grande - ¿Vosotros dos, al fin ya…?
Ashley, cogiendo la delantera y avanzando a través del bosque respondió de muy mal humor:
-No, ellos nada.
Todos empezaron a reír de nuevo. Estaban realmente felices de volver a estar juntos. Y así es cómo volvieron a marchar para enfrentarse a Alan y terminar con toda aquella historia. Avanzaron todo el día a través del bosque. Cuando calló la noche decidieron montar su campamento en una granja abandonada que estaba cerca del pueblo de Bänon.
Al principio todos se habían sentido un poco intimidados por tener que acampar allí pero Ashley había insistido y se había negado a volver a quedarse en el bosque. Odiaba todos los bichejos como ella los llamaba.
Una vez allí, todos seguían de muy buen humor. Bromeaban entre ellos y siempre tenían grandes sonrisas. Ashley, pareció contagiarse de todo aquél ambiente y accedió a hacer ella la cena. Antes de ponerse a hacerla, llamó un momento a Alana. Quería hablar con ella. La chica amablemente accedió, aunque estaba un tanto nerviosa. Sabía que a Ashley le gustaba Liam y ese mismo día se había pasado todo el rato pegada a él, cogidos de la mano muy acaramelados. Le extrañaba que Ashley no se la hubiera lanzado ya al cuello, se la veía muy calmada…
Salieron del granero, donde estaban todos comiendo, y  fueron hasta un manzano que había un poco alejado de las miradas de los demás. Alana miró el cielo. Era de un naranja apagado que indicaba la proximidad de la noche. Cuando llegaron Ashley pasó por delante de Alana y se apoyó en el tronco del árbol. Fue entonces cuando la chica notó la preocupación tan grande que se reflejaba en el rostro de Ashley.
-Ashley,- empezó ella insegura- ¿Qué te ocurre? ¿Es por…Liam?
-No, no es eso…- empezó a llorar nerviosamente.- No tiene nada que ver con él… Dios mío Alana, no sé qué hacer… Es terrible.
-¿Qué no sabes qué hacer? ¿Pero qué pasa?- Alana estaba empezando a asustarse de verdad, nunca había visto a Ashley tan histérica como lo estaba en aquel momento.
- No sabes lo que es estar varios días sin poder contárselo a nadie, sin poder contártelo a ti…-Ashley, con sus ojos verdes, se la quedó mirando desesperada. Las lágrimas hacían que su rímel se le corriese mucho.-Pero tengo que hacerlo ya. He estado esperando a que te quedaras sola para comunicártelo, pero al final no he podido esperar ni un minuto más.
-Vale, ya me tienes aquí. ¿Qué es eso que me tenías que decir?
La chica tragó saliva trabajosamente antes de contestar.
-Se trata de Erik, me llamó el otro día y me dijo que Alan lo tenía preso. Dijo que fueras cuanto antes, porque si no Alan lo mataría. También me dijo que no se lo dijera a nadie que no fueses tú.-soltó Ashley sin pararse a respirar.
Al oír eso se le cayó el mundo encima. Las piernas amenazaban con fallarle y tuvo que sujetarse a la valla. Aquello no le podía estar pasando… Se suponía que Erik tendría que estar a salvo en Bänon…
-Dime que no es verdad –Cogió a Ashley de los hombros y empezó a zarandearla.- ¡Dímelo!
-Alana para.- Gritó Ashley zafándose de ella como pudo- ¿Crees que bromearía con algo así?
-¿Y por qué te llamó a ti?
-Me dijo que te llamó, pero no contestabas…
- Claro, es verdad- Comentó Alana para sí dando nerviosas vueltas.- Cuando los hombres de Alan me secuestraron me quitaron el móvil…
-¿Qué?- preguntó Ashley sin comprender. Ella no sabía nada.
-¿Dónde está? Dímelo, tengo que ir ahora.-Le urgió la chica.
-Dijo que te esperarían en el lago que hay en la salida norte de Bänon.
-De acuerdo sé dónde está.- Dio media vuelta y empezó a andar a zancadas, pero después se giró y le dijo- Ashley, gracias.-Y dicho esto empezó a correr hacia su destino.
-Ten cuidado…- Susurró la cazabrujas mientras veía alejarse a Alana.
……………………………………………………………………….. (LIAM)
Los chicos se encontraban dentro del granero, sentados en montones de paja, riendo muy animados alrededor del fuego mientras comían la sopa que Ashley había preparado. Liam la miró preocupado. Llevaba todo el día muy extraña. Liam no tenía apetito, por lo que había dejado a un lado su plato. Ashley tampoco pareció probar bocado, se la veía un tanto distante. El chico miró alrededor inquieto. No veía por ninguna parte a Alana, y hacía un rato que se había ido.
-Ashley, ¿Dónde está Alana? tú eres la última que la ha visto- le dijo a la chica un tanto preocupado.
-Ya te he dicho mil veces que ha ido a por agua, al pozo que hay aquí  cerca.
- No te preocupes- rió socarronamente Gun mientras le pasaba un brazo por los hombros a Liam.- Ahora vendrá a lo mejor está bañándose.
-Gun ¿Qué es lo que te pasa?, o mejor dicho, ¿qué es lo que os pasa a todos?- preguntó Liam mirando a los demás sospechando.
Todos estaban demasiado alegres. No les quería aguar la fiesta pero, estaban un poco descontrolados. Mousy estaba sentado tocando las palmas mientras movía la cabeza de un lado a otro siguiendo el ritmo, mientras Matt, Selene y Gun bailaban alrededor del fuego bailando una especie de Jota. Ashley los miraba divertida y no paraba de reír.
-No aguanto más, voy a buscarla – Se levantó precipitadamente y se dirigió hacia el pozo.
-No Liam, ¡Espera! – La chica se levantó con intención de seguir al chico.
Cuando Liam llegó al pozo, se dio cuenta de que había anochecido. Todo estaba muy oscuro y no había nadie. ¿Dónde estaría Alana? El chico se empezó a poner nervioso. ¿Y si habían vuelto los hombres de Alan y la habían vuelto a capturar? ¿Y si le habían hecho daño? Ashley nunca debería haber permitido que se fuera sola, era muy peligroso.
-¡Alana! ¡Alana donde estas! – El chico gritaba por todas partes. Entonces detrás de ella se escucharon pasos. Alguien se acercaba. Se giró e intentó ver algo entre la oscuridad. Solo se veía una forma. - ¿Alana? ¿Eres tú…?
Entonces el chico recibió un fuerte golpe en el lado de la cabeza, junto al oído, que hizo que cayera sin sentido. De entre las sombras salió Ashley con una pala en la mano mirándolo desde arriba muy seria.
-No, no soy Alana.
…………………………………………………………………………………  (ALANA)
Alana corría bosque a través en pos de  Erik. Parecía como si su corazón le hubiera subido hasta la garganta. Llevaba un rato corriendo y estaba cansada, pero no podía detenerse por culpa de estupideces, tenía que salvar a Erik ya. Sorteó un par de árboles, saltó unas cuantas raíces y casi se cae un par de veces, pero ni eso la detuvo. Todavía seguía queriendo a Erik aunque también quisiera a Liam. No podía dejar de pensar en cuanto se enfadaría el chico cuando se enterara de que otra vez le había dejado atrás… pero ahora eso no la preocupaba, lo único que importaba en esos momentos era en Erik, de que por su culpa podrían hacerle daño y si eso pasaba nunca se lo perdonaría.
Iba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que una raíz sobresalía del suelo. Tropezó con ella y fue a caer al suelo. Pero entonces algo la frenó. Alguien había aparecido frente a ella, agarrándola antes de que callera.
-Cuidado – Dijo la persona sutilmente – Podrías hacerte daño. Y eso no nos conviene.
La muchacha levantó la cabeza para ver quién era aquella extraña persona que la agarraba con tanta fuerza. Vio unos intensos ojos marrones y una misteriosa sonrisa.
-¡Tú! – gritó sorprendida y zafándose de él.
-¿Quién sino? – Dijo muy alegre Tay.
-Apártate, tengo algo muy importante que hacer. No tengo tiempo para perderlo contigo. – Alana intentó esquivar al muchacho, pero éste volvió a interponerse en su camino.
-Pues tendrías que aprender a repartirlo mejor. Así te harás muchos líos por la vida. – Le amonestó Tay
-Tú no eres nadie para decirme cómo debo repartir mi tiempo – El rencor de Alana se notaba a la legua.
-Y el orgullo de Alana salió de nuevo. ¿Y qué tal anda tu noviecito Liam?
La chica se quedó quieta mirando un poco sorprendida a Tay
-¿Qué tiene él que ver en todo esto?
Tay sonrió confiado.
-Hay que ver, una chica debería serle fiel a su novio, y no andar besuqueándose con otro en mitad del bosque. Podrías haber asustado a cualquiera que pasara por allí – Se metió con la chica
-¿cómo sabes tú eso?
-No sé, mucha gente dice que tengo cierto parecido con los felinos.
Entonces Alana cayó en la cuenta. Aquél gato montés salvaje que había aparecido cuando estaba con Liam. Ya le había resultado extraño entonces, pero ahora sabía el por qué.
-¡Eras tú! Debería haberme imaginado que un muto andaría por allí…
-Sí, deberías – Rió complacido el chico. – Pero todos sabemos que la suspicacia nunca fue tu fuerte.
Alana enfadada le dio un fuerte puñetazo en la mandíbula. Iba a seguir atacándole cuando Tay le cogió las manos inmovilizándola.
-¿Has venido aquí a reírte de mí? – Rugió la chica enfadada mientras se debatía - ¡Suéltame!
-¿De verdad crees que puedes hacerme daño? – Visto de cerca, Tay intimidaba mucho más. Sus oscuros ojos parecían atravesarla y ver a través de ella.- Ya te dije la otra vez que no podrías conmigo. – Le fue soltando las manos lentamente – Aunque tampoco tengo pensado hacerte daño, también lo sabes.
-Esto es ridículo – dijo la chica mientras daba un último tirón hasta deshacerse completamente de las manos de él – Tengo que ir a salvar a Erik, ya que tu querido amiguito Alan lo tiene como rehén. Y te juro que si llega a hacerle algo…
-Él no es mi amigo – Los ojos del chico transmitían cierto odio – Además, sabes que puede ser una trampa perfectamente ¿Verdad?
La chica se lo quedó mirando fijamente.
-No vas a conseguir engañarme. – Dijo fríamente Alana – No sé por qué te empeñas en hablar tanto conmigo, pero no me fio de ti. Voy a salvar a Erik cueste lo que cueste, y ni tú ni nadie va a impedirlo.
Tay rió al oír aquello. Eso ponía a Alana aun de más mal humor. ¿No podría haberla molestado en otro momento que no fuese aquel? La vida de Erik corría peligro con cada segundo que pasaba. El chico se encogió de hombros.
-Bueno, es tu decisión, yo solo te lo he advertido. Y cuando te des cuenta de que tenía razón te acordarás de mí.
El chico le cogió la mano a Alana y  se la besó con suavidad, mientras clavaba sus oscuros ojos intensamente. La joven se quedó de piedra, conteniendo el aliento…
-Nos volveremos a ver pronto…- le soltó la mano y se alejó unos pasos.
Un fuerte viento empezó a soplar azotando la cara de Alana. Sus cabellos se le revolvieron en la cara, impidiéndole ver. Cuando el aire volvió en calma y Alana miro de nuevo Tay había desaparecido, lo único que quedaba era frágil susurro del viento…
……………………………………………………………………………. (LIAM)
Liam se despertó de repente. El golpe que tenía en la cabeza le martilleaba fuertemente, notaba la sangre seca pegada a su pelo. Tenía un dolor de cabeza tremendo y veía las cosas muy borrosas.
Miró a su alrededor, estaba en el granero. En una esquina estaban todos sus amigos tirados en el suelo, desmayados o muertos, ¿Qué había pasado allí? Intentó moverse para llegar hasta ellos, pero se percató de que estaba atado a una silla. Se removió nerviosamente intentando desatar las cuerdas pero no servía de nada. Aquello lo tendría que haber hecho alguien ya experimentado, alguien como…
-Vaya, por fin despiertas – Dijo un voz susurrándole al oído. Después la persona pasó por su lado y se colocó frente a él.
-¡Ashley! ¿Qué ha pasado aquí? ¡Desátame!
-Me temo que no va a poder ser. Sino irías detrás de tu amiguita igual que siempre. – Respondió la rubia muy seria y negando con la cabeza.
-Y a ti que más te da Ash, desátame de una vez. No estoy para tonterías
-¿Y quién ha dicho que sean tonterías? Nadie dijo que esto sean tonterías. Es muy serio. Hemos llegado a la fase final.
-¿Qué fase final, eso que es?
-El plan que ha urdido tu querido hermano Alan, para poder matar a Alana, y que está saliendo como la seda – Ronroneó Ashley cómo si aquella idea le encantara. – No veía el momento de quitarnos de encima a esa estúpida bruja.
-Tú… ¡Estás trabajando para mi hermano!
La chica aplaudió
-Bien, veo que lo vas entendiendo cari. Créeme que me ha dolido traicionarte, pero era necesario. Ahora tengo una proposición que hacerte – Dijo la chica poniéndole un dedo bajo la barbilla del chico y haciéndole alzar la mirada hacia ella. Liam la miró fijamente.- Sé que ahora mismo estás muy encaprichado con ella, pero con el tiempo podrás olvidarla. Yo te ayudaré. Únete a nosotros y te prometo que estaremos juntos, para siempre. Tendrás mucho más poder del que nunca has imaginado. Sé que no debería proponerte esto ya que tu hermano te quiere muerto, pero hablaré con él, conseguiré que nos deje estar juntos. Me lo debe –La chica se pasó la mano por la barriga cómo ausente.
Liam vio en los ojos de la chica cierto matiz de locura. Se dio cuenta que llevándole la contraria nunca conseguiría salir de aquel lío. Y no conseguiría nada estando allí atado, tenía que hacer tiempo para tener su plan listo.
-¿Qué les ha pasado a los demás? ¿Los has matado? – Preguntó cambiando de tema. La chica rió complacida.
-Más me gustaría. Pero no, esos estúpidos solo están drogados. Tenía que quitármelos de en medio para poder estar a solas contigo. Liam, te lo pido por última vez. Ven conmigo o tendré que matarte. No me sobra el tiempo, dentro de poco despertarán, y mi lugar no está aquí. Tengo que estar con Alan, ayudándole.
A Liam se le ocurrió la solución a su problema.
-¿Y cómo piensas llegar hasta él? Por lo que me imagino está bastante lejos de aquí – Los ojos del chico brillaban con astucia.
-Andando no, desde luego. No pienso estar más rato en éste asqueroso lugar. – Ashley se llevó la mano al cuello y cogió uno de sus colgantes en forma de espiral. - ¿Ves esto? Sirve para teletransportarte a dónde esté la pareja. Alan me está esperando y no tengo más tiempo que perder, ya te lo dije. Decídete ya.
-¿Sabes qué? Tienes razón, la vida es demasiado valiosa para desperdiciarla con una cría como Alana. Yo necesito a alguien más…
-¿Madura? – Terminó la frase la chica.
-Eso es. Ash, cariño, desátame… desátame y te juro que estaré a tu lado. Vayámonos juntos.
-No sé, no estoy segura
-¿Recuerdas los viejos tiempos? Estábamos tú y yo solos, en los que sólo tenía ojos para ti. Siempre estábamos juntos sin nadie que se interpusiera entre nosotros. Puede volver a ser igual, pero necesito que confíes en mi.- Al decir aquello puso su mirada suplicante que nunca fallaba con Ashley.
Ashley se le quedó mirando indecisa mordiéndose nerviosamente el labio inferior y dando nerviosos paseos de un lado a otro.
-Está bien- Dijo por fin convencida. – Pero vas a tener que esperar aquí. El poder del collar no soportaría el peso de dos personas. Voy a avisar a Alan y ahora vuelvo. – dijo mientras le desataba.
-Vale. Aquí te espero.
La chica medio sonrojada le dio un suave beso en los labios en forma de despedida. Se llevó las manos al colgante, cerró los ojos y concentró en su mente la imagen de Alan.
Justo cuando estaba a punto de desaparecer Liam pareció cambiar de opinión, y salió corriendo hacia ella. La chica se giró sorprendida y fue a gritarle que se apartara, pero ya era demasiado tarde. Un gran agujero, que se había materializado frente a ellos, ya los estaba absorbiendo. Los chicos fueron engullidos por la oscuridad desapareciendo completamente allí.
……………………………………………………………………………. (ALANA)
Alana por fin llegó al lago. Estaba todo vacío, el agua en calma y la luna reflejándose en ella. Tenía un color rojizo poco inusual. La chica movió su cabeza en todas direcciones con nerviosismo, intentando localizar a alguien. Estaba a punto de empezar a gritar el nombre de Erik cuando una silueta apareció justo en frente. Alana automáticamente se puso en guardia, por si era Alan, pero conforme la sombra se fue acercando la chica fue alegrándose. Erik, su novio, se encontraba justo enfrente de ella.
-¡Erik! – dijo contenta mientras iba corriendo hacia él. Se tiró a sus brazos y lo abrazó fuertemente con lágrimas en los ojos. El chico estaba muy raro, no se movió, simplemente dijo con frialdad:
-Te he estado esperando.
…………………………………………………………………………….. (LIAM)
Ashley y Liam acababan de aparecer justo en los árboles más próximos al lago. Había sido un “viaje muy raro”. Habían dado muchos tumbos, y por último se habían estrellado con las copas de los árboles, bajando con violencia hasta golpearse dolorosamente con el suelo, llevándose por el camino varias ramas. El impacto dejó sin aliento al chico he hizo que la cabeza le doliera aún más. Se había quedado tirado en el suelo un momento, intentando reprimir el dolor del costado. Junto a él había caído Ashley, que parecía haberse golpeado la cabeza y haber perdido el conocimiento.
Una vez que se hubo conseguido levantar, y se cercioró de que no tenía nada roto se giró para poder ubicarse. Se hallaba en una especie de lago, muy grande, con muchos árboles alrededor. Seguramente se encontraba en las afueras de Bänon. Dio unos cuantos pasos, y entonces distinguió algo a lo lejos. Alana estaba abrazada a alguien. No, no podía ser, tenía que salvarla. Sin pensárselo dos veces salió corriendo hacia ellos.
……………………………………………………………………………….. (ALANA)
-Erik ¿Qué te pasa? Estás… distinto. ¿Dónde está Alan? ¿Qué te ha hecho?
-¡Alana no!
Alana se giró para ver quien la llamaba. Entonces vio a Liam que se acercaba a ellos corriendo asustado.
-Liam, ¿qué estás…? – Pregunto la chica extrañada
-¡Aléjate de él! – Gritó parándose en seco a unos cuantos metros – ¡Es una trampa!
-Liam, ¿Qué estás diciendo? Es Erik, ¿no lo ves? No va a hacerme ningún daño.
-Él no es quién crees que es
-¿Liam que estás diciendo? ¿Qué te ha pasado? – La chica parecía que estaba empezando a asustarse. Erik, por primera vez en todo el largo rato que había pasado, abrió la boca.
- Si, eso, adelante dilo, ya no sirve de nada seguir ocultándolo. Os tengo justamente dónde quería. – Habló con una voz muy fría. No parecía Erik. El tono de voz del jóven sorprendió a Alana, transmitía mucho odio y rencor.
La chica se volvió para mirarle a los ojos y entender que pasaba, pero se quedó helada. La mirada de Erik había cambiado completamente. Era tan aterradora que la chica no pudo evitar retroceder varios pasos.
-Tú… Tú no eres Erik. ¿Quién eres? – La voz de la chica temblaba a causa del miedo.
Pero él no le contestó, se limitó a mirarla. Entonces Alana se giró hacia Liam pidiéndole una explicación. El chico, que seguía mirando a Erik con odio, trago saliva y contestó:
-Él… es Alan Blackborn… - Afirmó con gran esfuerzo – Mi hermano.

FIN DEL CAPITULO