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miércoles, 20 de abril de 2011

Capitulo 1 **Miss Nothing** (The Pretty Reckless)


(ALANA)
-Oye, tú
La chica siguió limpiando sin hacer caso
-¡Chss! ¿Hola? ¿Me estas escuchando o estas sorda?
Cogió la bayeta con más fuerza y empezó a frotar con ahínco. En esos momentos le gustaría descuartizar al tío más estúpido que había en el mundo, y que se encontraba detrás de ella.
-¡Enanaaa! –Dijo el chico de modo petulante
-¿Qué demonios quieres? -  le contestó la chica cortantemente mientras se daba la vuelta para encararse con el muchacho – Si me llamas, dilo por mi nombre
-¿Y si no quiero? -  arrastraba las palabras de un modo desquiciante
-Pues te vas a hablar con la escoba, estúpido – gritó Alana mientras agarraba lo primero que tenía al lado y se lo arrojaba con fuerza.
Ese día se había levantado de mal humor, y lo último que le apetecía era hablar con él.
-Pero si esto es una fregona - el muchacho se rió mientras movía la cabeza de un lado a otro -  pobrecilla, ya va perdiendo facultades. ¿Sabes? Creo que es porque…
-¡Li! ¡Cierra el pico de una vez y esfúmate! – dijo mientras le dirigía una mirada asesina
-Mmm, esa no es forma de tratar al dueño de la casa
Alana rió
-¿Qué te parece tan gracioso? – pregunto Li enfurruñado
-Que tú no eres el dueño de la casa – soltó la muchacha
-Claro que lo soy, es de mis padres, por lo tanto es mía
-No – objetó Alana- si es de tus padres, es de tus padres y punto
-Pues discrepo – Li puso la fregona en su sitio -  si es de mis padres, es mía también, porque soy de la familia.
-Bah -  La chica no tenía ganas de hablar -  lo que sea. ¿Qué querías?
Li se la quedó mirando  con aquellos ojazos de un verde intenso y ella intentó apartar la mirada de él, pero era imposible. Siempre le pasaba lo mismo con aquel insoportable chico.
“Es una pena -  pensó Alana- que un chico tan mono sea tan estúpido, sin remedio”
Li era bastante alto, atlético, con una melenita que le caía hasta por encima de los hombros, de pelo negro como el mismísimo carbón, que hacía que se le resaltaran esos ojos verdes, rasgados, con unas pestañas largas por las que cualquiera mataría. Y luego esa sonrisa tan bonita con unos labios carnosos.
-Pues mira -  empezó Li – quería llamar tu atención para que me escucharas, luego te has desquiciado, cosa que me divierte mucho, y con lo que no contaba por cierto, y ahora que tengo tu atención quiero que me traiga un batido de papaya
-Pero si a ti no te gusta el batido de papaya – habló Alana sin comprender
-Mmm -  se quedó pensando -  tienes razón, pues entonces mejor uno de vainilla
Alana se le quedó mirando con cara de pocos amigos
-Cógelo tú -  le espetó
Odiaba que Li le diera órdenes de lo que tenía que hacer. Siempre la hacía de rabiar y eso la ponía de los nervios
-¿Qué pasa aquí? -  pregunto una voz muy profunda desde la puerta de la cocina.
Los dos giraron y vieron al señor William. A Alana, el señor William le caía muy bien y siempre lo había considerado lo más parecido a un padre, ya que ella era huérfana. Sus padres murieron en un accidente de helicóptero  cuando era pequeña y la familia Blackborn la habían acogido en su casa. Cuando creció empezó a trabajar como sirvienta en la casa.
El señor William era muy alto, atlético, como su hijo y parecía más joven de lo que era, tenía 49 años.
-Papá… - Empezó Li
-¿Ya estáis discutiendo de buena mañana? – El señor William parecía como si hubiera pasado por aquello más veces, y la verdad, tenía razón - ¿Es que no podéis parar ni siquiera los fines de semana?
-Solo le estaba pidiendo un batido de vainilla a Alana – contestó su hijo con cara de no haber roto un plato en su vida.
-Me lo ha pedido de malas maneras, y se ha puesto a molestarme, así que le he dicho que lo coja él.
El señor William los miró a los dos a través de las gafas con sus ojos marrones verdosos pensando si valía la pena decir algo cuando alguien se le adelantó:
-Liam Blackborn -  sonó una voz autoritaria- coge tú mismo el batido, que no estas manco ¿O es que te ha entrado alzhéimer y no te acuerdas dónde están?
Liam resopló
-Mamá, tu siempre tan simpática- Le espetó
La esposa del señor William, Eleonorah entró por la puerta con su habitual traje formal que vestía hasta para quedarse en casa
-Por el amor de Dios -  dijo el señor William mientras se apretaba el nudo de su corbata y se ponía bien la chaqueta de su tweed - ¿Es que nadie en esta casa dice buenos días por la mañana?
-Buenos días -  soltaron los tres al mismo tiempo
-Gracias, eso está mejor
-Bueno, ¿vas a coger el batido Liam? – Le espetó Eleonorah a su hijo -  Ya que vas, tráeme una manzana.
-Ah, claro -  contesto muy indignado Li -  todo lo que hago o digo está mal, pero a ella no le decís nada de… su indumentaria -  terminó como si se le acabara de ocurrir en ese mismo instante
-¿Y ahora por qué saltas con mi uniforme? – preguntó indignada la chica
-Eso no viene a cuento ahora Liam – le contesto Eleonorah - ¿Qué le pasa al uniforme?
-Que no es como el del resto del servicio.
Y tenía razón en parte, ya que el uniforme de Alana era como el del resto pero ligeramente personalizado. Era un vestido de tirantes, un delantal blanco atado a la cintura, unas botas negras con cordones que le llegaban hasta las rodillas, con medias de rejillas y en vez de un aburrido moño, tenía su largo pelo negro recogido en dos trenzas que le caían hasta las caderas.
-Es que Alana no es como el resto del servicio, es de la familia – Habló muy serio el señor William
-Ya pero a ella le dejas hacer lo que quiera, y a mí me tratáis como a un crio – protestó Liam con las mejillas encendidas del enfado
-Es que eres  un crio mimado – Le recriminó Alana
-¡Ya basta! -  gritó Eleonorah. Después se llevó la mano a la sien y dijo – Alana ¿Serias tan amable de coger la ropa de la lavadora y tenderla por favor?
-Claro -  respondió
Se dio media vuelta y cuando fue a salir por la puerta escuchó decir a Liam
-Bah, vaya mierda. Me voy, he quedado con mi grupo, volveré tarde
-Liam, ven aquí -  le ordenó su madre, pero el muchacho no le hizo caso - ¡Liam!
Cuando Alana ya estaba en el recibidor para subir por las escaleras Li le dio un empujoncito con el hombro por detrás haciendo que la chica casi cayera.
-¿Pero a ti qué demonios te pasa por la mente? -  le recriminó ella
-¿Te vienes conmigo y damos un paseo? – le dijo él sin hacer caso al comentario y abriendo la puerta de la calle – Ah no, es verdad, que tú te tienes que quedar aquí limpiando todo el día -  se burló mientras le sacaba la lengua.
-Liam, ¡vete al infierno! -  le gritó Alana mientras lanzaba con todas sus fuerzas una pastilla de jabón que tenía en la mano.
Antes de que el proyectil diera en el blanco el chico salió a la calle y cerró la puerta rápidamente haciendo un golpe sordo en esta. Al otro lado la risa de Liam sonaba fuertemente.
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  (LIAM)
Liam todavía se reía de la reacción de Alana cuando le sonó el móvil
-¿Se puede saber dónde estás? – Inquirió una voz a través del móvil
-Hola a ti también Mousy, ¿Qué tal tu vida, bien? -  contestó burlonamente
-Tío, no me vaciles, donde coño estás
-Tranquilo, no te alteres, ya voy en camino
-¡Cariii! – sonó una voz estridente que no era la de Mousy
Liam suspiró
-Hola Ash – dijo cansinamente
-¿Te falta mucho para llegar? I miss you baby -  dijo con voz melosa
-No te preocupes, ya estoy llegando – Respondió con satisfacción -  si miras a tu izquierda, verás tanta belleza que acabaras deslumbrada
Por el teléfono se escuchó una risita tonta.
Liam giró la esquina y se encontró con sus amigos sentados en el poyete de la fuente. Ashley saltó con un gritito y salió corriendo a recibirle, dándole un beso más cerca de la boca que de la mejilla.
Liam apartándola sonrojado fue a saludar a sus otros dos amigos: Gun y Mousy.
Mousy, que estaba sentado con los brazos cruzados, le dedicó una mirada de reproche con sus pequeños pero intensos ojos azul claros; por el contrario, el grandullón de Gun, con su sonrisa bonachona, le recibió dándole una fuerte palmada en la espalda que lo hizo perder el equilibrio.
-¿Qué hay? - saludó                                                     
-Tío, ¿Por qué llegas siempre tarde si eres el que vive más cerca? – Señalo Gun sonriendo – ¿Te crees acaso el gran maestro Kakashi*?
Li vio de reojo como Ashley ponía los ojos en blanco.
-Las estrellas siempre tienen que llegar tarde, además estaba teniendo una interesante charla con Alana -  dijo socarronamente
-Tsh! ¿La sirvienta?, el servicio no debería relacionarse con sus señores -  comentó despectivamente  Ashley
Liam fue a contestar cuando Mousy preguntó:
-¿Qué planes tenemos para hoy?
-¿Qué os parece ir al cine antiguo?, creo que hoy echan “Star Wars III, la venganza de los Sith”-Dijo Gun con los ojos brillantes.
-Pff, Gun por favor, no seas friki -  señaló Ash torciendo el gesto - ¿No podemos ir a ver “Pretty Woman”?
Los tres chicos se miraron y dijeron a la vez:
-Naah, preferimos “Star Wars”
Fueron al cine y después se pasaron toda la tarde jugando a las cartas en “Maya’s Café”. Al anochecer Liam se despidió de todos no sin antes recibir un fuerte beso de Ashley.
Mientras Li caminaba por la plaza central de pueblo pensando en el mal presentimiento que había tenido toda la tarde. Convencido de que era producto de su imaginación, iba sumido en sus pensamientos cuando chocó con alguien.
-Aprende a caminar chico. – Dijo cortantemente la persona
Li iba a disculparse cuando al mirar a aquella persona se quedó helado. Aquel mal presentimiento que había tenido durante la tarde se hizo realidad. ¿Qué hacia él aquí? ¿Por qué había vuelto?
Y una vez más sus peores pesadillas volvieron.
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(ALANA)
-Alana, ¿Puedes venir un momento a ayudarme a elegir una corbata?- Preguntó  amablemente el señor William desde la puerta de su dormitorio.
Alana que estaba en el pasillo sacando brillo a los candelabros se dirigió hacia la habitación.
-Necesito una pequeña ayudita, no sé si ponerme la azul marino o la de cuadros- Dijo mientras se las probaba- ¿Cuál te gusta más?
-La azul marino, le hace juego con la camisa.
-Eso pensaba yo… ¿Puedes ayudarme con el nudo?, siempre he sido un poco torpe con esto.
Alana sonriendo cariñosamente fue a ayudarlo.
-Por cierto, llevas toda la tarde  un poco inquieta, no habrá sido por Liam ¿No?, sabes que le encanta meterse contigo.
-No, no se preocupe, no es nada.
-Sabes que puedes dejar este trabajo cuando quieras, ¿Verdad? Eres una más de la familia y no tienes por qué estar trabajando para nosotros… -Comentó el señor William afectuosamente.
-Lo sé, pero quiero hacerlo, como agradecimiento a cuanto habéis hecho por mí desde pequeña. No me gusta deberle nada a nadie.
-Pero si no nos debes nadas, te queremos igual que a una hija, además…
-¡William!, tenemos que irnos, la limusina nos espera – Interrumpió Eleonorah entrando en el cuarto con su traje de gala
-De acuerdo querida– guiñando un ojo a Alana – Nos marchamos a una reunión en la ciudad, no nos esperes despierta.
Cuando los señores Blackborn salieron de la casa, Alana se desplomó en su cama suspirando. Había estado trabajando todo el día, y para colmo había discutido otra vez con Liam, y así llevaba los cortos 17 años de su vida.
Cuando era muy pequeña, sus padres murieron y sus mejores amigos, los Blackborn se ocuparon de ella. No tenía a más familia, aparte de su abuela a la que no había visto en su vida y que no se había preocupado por ella en ningún momento.
Ellos la criaron como si fuera una más de la familia: le dieron una casa donde vivir, una “familia” a la que querer, incluso una manera de ganarse la vida.
A pesar de todo, ella no acababa de sentirse cómoda, no podía olvidar el hecho de tener una abuela que no se preocupara por ella.
Por eso, a pesar de apreciar mucho a la familia Blackborn, tenía muy claro que algún día se marcharía para encontrarla y aclarar las cosas con ella.
Llevaba todo el día encontrándose mal, y había acabado muy acalorada.
Cogió su mochila con la toalla y el bañador y se dirigió hacia la piscina.
Por el camino seguía reflexionando sobre su vida, sobre los Blackborn, y sobre Liam.
No llegaba a entender como de una familia como ellos hubiera podido nacer una persona tan creída, prepotente y estúpida.
Es cierto que de pequeños se habían llevado muy bien, habían sido muy amigos, pero todo había cambiado. Al cumplir Li los 10 años, había empezado a tratarla de manera diferente, se habían distanciado. Desde entonces se llevaban como el perro y el gato.
Acababa de llegar a la puerta de la piscina. Cuando fue a abrirla, se encontró con la cerradura atascada,  seguramente había vuelto Li a jugar a atorar las cerraduras, así que la forzó con una horquilla que se había llevado por casualidad.
Una vez dentro sintió esa familiar sensación de tranquilidad, el olor a piscina le tranquilizaba.
Le encantaba colarse en la piscina por las noches, cuando estaba vacía y tirarse horas y horas nadando.
Se acercó al baño y se cambió. Dejó sus cosas por allí encima y se acercó a la piscina.
Primero probó el agua con el pie derecho, estaba fría. Le encantaba esa sensación de sentir el agua tan fría sobre su piel, notar como se le ponía toda la carne de gallina.
Se soltó las dos trenzas y se tiró de cabeza en la piscina.
Era muy refrescante, aunque seguía sintiéndose un tanto “extraña”, ya que ni siquiera el agua fría podía refrescarle.
Necesitaba nadar, aunque fuera a despejarse un poco. Pronto empezó a bucear y a sumergirse durante más tiempo para ver si se le bajaba un poco esa extraña fiebre, pero ni así lo conseguía. Seguramente se tendría que tomar algún medicamento de esos asquerosos para evitar ponerse peor y sólo de pensarlo se le ponía el estómago revuelto, así que intentó concentrarse en otra cosa.
Volvió a la superficie para tomar aire y miró hacia el cielo. Realmente había una noche muy bonita, el cielo estaba estrellado y había luna llena… de repente apareció una estrella fugaz, y pidió un deseo. Deseó poder irse pronto de allí y poder vivir su propia vida, sin que nadie se metiera con ella, sin tener que deberle nada a nadie, poder ser completamente libre.
De mucho mejor “humor” se puso a nadar.
Así se tiró un buen rato, nadando y pensando en sus cosas. Se puso a flotar boca arriba, le encantaba el agua, nadar, sentirse libre y moverse a su antojo. Sus rizos negros flotaban libremente. Cerró los ojos y se puso a pensar:
Ella siempre había sido una chica seria, madura para su edad.
Cuando todos los niños se juntaban en la plaza del rio para jugar, ella prefería quedarse apartada, mirando, encontraba sin sentido jugar con muñecas o pelearse con palos, jugar a ser mayores.
Nunca había tenido demasiados amigos, y por la calle, en aquella época recordaba cómo mucha gente se la quedaba mirando como si esperaran que hiciera algo u ocurriese o algo.
Con el paso de los años había empezado a acostumbrarse…
-¿Con que ahora, aparte de rarita, te cuelas en nuestra piscina de noche, no? – Dijo una voz divertida junto a la piscina.
Alana, asustada abrió los ojos y giró bruscamente la cabeza hacia la izquierda.
-Tranquila, que sé que te atraigo, pero tampoco es para mirarme así – Era Liam, estaba sentado en el bordillo de la piscina y le guiñaba un ojo.
-Piérdete – Comentó Alana molesta mientras salía de la piscina.
-Por mí no hace falta que salgas, te puedes quedar ahí, de hecho, si me lo pides de esa manera, me puedo bañar yo contigo – Comentó Liam burlonamente.
-¿Qué pasa? ¿Qué ahora te dedicas a espiar a jovencitas adolescentes mientras nadan en la piscina?
-A las demás chicas si, a ti no – Contestó señalando despectivamente – eres demasiado rara.
-Pues entonces, lárgate -  le dijo mientras cogía la toalla y se secaba – antes de que te pegue mi rareza.
-Esta es mi casa, y yo decido si me voy o me quedo, la que se debería ir a su cuarto eres tú.
Alana rió.
-¿Ahora te has convertido en padre de repente? Me voy a mi cuarto si me da la gana – Se puso encima del bikini el pantalón corto y una camiseta de tirantes ancha.
-Te vas cuando yo quiera - dijo bruscamente.
-¿Y qué vas a hacer, obligarme? – se burló Alana mientras hacia un gesto burlón.
-Pues podría -  afirmó serio mientras daba un paso hacia delante.
-Inténtalo y eres niñato muerto – le advirtió la chica
-Oh… Alana la “rara” se ha enfadado
-Pues ahora que lo dices si, -  comentó -  estoy harta de que siempre andes dándome la brasa, de que seas tan imbécil, de verte toooooooodos los malditos días, de que seas un asqueroso niñato mimado de papá, de que…
-¿Qué me has llamado? – habló Liam lentamente mientras se le encendían las mejillas, y se le acercaba.
Alana sonrió fríamente contenta por haber dado en su punto débil.
-Asqueroso-niñato-mimado-de-papá – repitió lentamente como si se lo estuviera explicando a un tonto.
-Repite eso si te atreves -  la amenazó
-¿Es que ahora aparte de imbécil, eres sordo? – Sonrió maliciosamente.
-Por lo menos yo tengo padres, y una abuela que no se avergüenza de mí – se mofó Liam cruelmente mientras soltaba una carcajada.
A Alana le sentó como si le hubieran dado mil puñetazos en el estómago, le había dado donde más le dolía, y empezó a cabrearse de verdad. Empezó a notar que le subía la temperatura y que su cabello se ondeaba como si hubiera brisa. Pero no la había.
-Que… ¿te ha comido la lengua el gato? – sonrió burlón Liam
-Retira lo que has dicho -  exigió la chica.
-No, la verdad es la verdad, y no todo el mundo es capaz de asimilarla.
De repente, del agua empezaron a surgir burbujas que explotaban al llegar a la superficie, el ambiente empezó a estar muy cargado.
Liam empezó a sudar y a sofocarse. La temperatura había subido de repente.
-No pienso tolerar que un niñato como tú, que solo vive de sus padres, ose comentar sobre mi vida. ¿Quién te crees que eres? No eres nadie.
Liam empezó a ponerse más rojo. Apretaba la mandíbula con fuerza y empezaron a temblarle las manos, que las tenía cerradas en puños.
-¡Pero si tu ni siquiera tienes vida! – Gritó Liam – Te dedicas a limpiarnos la casa, eres nuestra sirvienta, no tienes amigos, no tienes familia, no tienes a nadie, eres una amargada que no se le puede decir nada…
-Basta – empezó Alana furiosa -  para de una vez o te arrepentirás.
-… eres una idiota que no se da cuenta del cariño que te tiene esta familia, desde que llegaste no has hecho más que estorbar, mis padres van a terminar odiándome por tu culpa, ¡NO DEBERIAS HABER NACIDO NUNCA! -  estalló Liam enfurecido.
El tiempo pareció detenerse, Liam se dio cuenta de lo que había dicho y le cambio la cara por completo, del rojo pasó a un blanco absoluto. Alana se quedó parada, asimilando lo que había escuchado. Nunca hubiera imaginado que aquel chico le fuera a decir lo que le había dicho. Cualquier cosa menos aquello. Alana notó que dentro, muy dentro de su interior, algo se quebraba, ¿su alma?, ¿Su corazón? Lo ignoraba. Lo único de lo que estaba segura es que todo iba a cambiar. Todo.
-¿Qué… has… dicho? – La chica habló muy bajito. Su voz parecía haberle abandonado.
Liam tragó saliva.
-Alana… - empezó.
-¡BASTA! ¡NO QUIERO QUE PRONUNCIES MI NOMBRE! – gritó como nunca había gritado. Su cabello comenzó a moverse como si hubiera un vendaval – ¡TE ODIO!
Entonces un fuego abrasador salió de todo su cuerpo repartiéndose a su alrededor y lanzando a Liam a tres metros hacia atrás, cayendo de espaldas en el suelo.
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(LIAM)
De repente notó que una fuerza lo golpeó en el pecho y lo lanzó varios metros atrás.
Sintió un fuerte golpe en la espalda. Se levantó rápidamente y se quedó mirando a Alana sorprendido.
La chica estaba muy pálida, los pelos se le pegaban a la cara y estaba sudando. Respiraba fuertemente como si hubiera estado corriendo una maratón y su cara era de asombro total. Finalmente no pudo más y se agarró rápidamente al palo de la sombrilla para no caer. Se aferraba con todas sus fuerzas para evitar caer al suelo, y Liam notó que Alana estaba temblando de pies a cabeza.
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(ALANA)
El fuego interior había desaparecido, se había ido.
¿Qué había pasado? Miró a la piscina, y se dio cuenta, sorprendida, que la mitad del agua se había evaporado, y el aire estaba más asfixiante que antes.
Seguidamente miró a Liam: estaba muy pálido, y tenía un corte en la mejilla que le sangraba.
Escuchó que él susurraba algo, mientras se levantaba tambaleándose y avanzaba hacia ella cada vez con más apremio.
Cuando ya estuvo a un metro de distancia, entendió lo que susurraba.
Tenía una expresión anhelante en el rostro.
-No te vayas… - repetía una y otra vez.
De pronto, sin previo aviso, se le echó encima reteniéndola entre sus brazos.
Alana, sorprendida, se las arregló para deshacerse de sus fuertes brazos. Pero él seguía intentando agarrarla. Alana, asustada le dio un fuerte empujón haciendo que el chico perdiera el equilibrio. Y cayera al suelo. No se lo pensó dos veces, y empezó a correr. Liam siguió llamándola por su nombre.
-“Está loco” – Pensó Alana – “completamente desquiciado.”
Salió de la casa, y llego hasta la plaza del río.
De fondo escuchó pasos, Liam le estaba siguiendo, por lo que decidió esconderse detrás de un coche. Se quedó allí escondida con la cabeza entre las rodillas, mientras oía a Liam llamarla una y otra vez. Daba igual cuanto la llamase, no iba a salir. Se sentía como si estuviera en el fondo de un pozo, hundida y lejos de todos, como si nunca fuera a salir de aquella agua negra, como si nunca fuera a sentirse bien.

FIN DEL CAPITULO.


*Kakashi es el maestro de Naruto, que es una serie de anime y manga (por si alguien no lo sabía =) )

11 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hola :D está muy bien la historia, espero que publiqueis pronto más capítulos. Yo tambien escribo y me encanta el anime n_n (me teneis agregada a tuenti: esther lokaportuboca)Animo¡¡

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  3. Muchas gracias!! ahora mismo te agrego a tuenti =D
    y si, seguiremos publicando a ver si gusta o no xD

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  4. Te busque en tuenti, y no te encontre, si quieres agreganos tu a nosotras somo: Alana Firefly

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  5. Eyy!!!
    Me ha gustado el primer capítulo!!
    Espero que sigáis con la historia hasta terminarla ^^

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  6. Hola otra vez :) ya se porque no salía es que es esther lokaportuboka (con k en las dos) Perdon ;)

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  7. Muchas gracias!!!!
    Seguiremos y esperamos que os guste mucho!!
    PD: estamos avanzando mucho ultimamente con la historia, creemos que los capitulos que hemos terminado ultimamente os gustaran más.
    Y nada, que gracias de nuevo!!
    Un beso

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  8. Hola!! Me gusta mucho vuestra historia, al leerla me parecia que estaba viendo un anime xD, esta muy bien continuarla :)

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  9. Hola. El capítulo está muy bien, con misterio y algo de magia, pero tienes que cuidar uun poco la ortografía.

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  10. No me digas que tenemos faltas!! O-O
    Y mira que lo corregimos y re-corregimos U:U

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  11. me encantó el cap!!esta muy chulo y por ahora me gusta la personalidad d la prota (q es mui importante para mi, esq soy muy critica, si no me gusta la personalidad del prota no me termino el libro jejeje).

    animo!! seguid asi Gambarimasu~~

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