………………………………………. (SELENE)
-Gun, ¿seguro que estás bien? – Preguntó Mousy preocupado – La herida de tu cabeza se ve muy fea.
Gun andaba con dificultad y ayudado por Mousy. La herida de la cabeza no dejaba de sangrar y el chico estaba muy pálido.
-Creo que estás perdiendo demasiada sangre – Matt que andaba junto a ellos también parecía preocupado. – Será mejor que paremos a descansar un momento.
Cuando habían abandonado el granero Selene se había concentrado igual que la última vez y había captado de nuevo el aura de Alana. Sin perder el tiempo habían ido derechos hacia allí aunque no podían ir muy deprisa ya que Gun todavía seguía herido.
-¿Qué podemos hacer para curarle? ¿Y si le hacemos un torniquete? – sugirió Matt.
Mousy se giró con cara de situación y los ojos entrecerrados. En esos momentos dudaba de la inteligencia del pobre Matt.
-¿¡Un torniquete!? ¿¡Un torniquete en la cabeza?!
-¡Aaah! – Matt soltó un grito lastimero – ¡Me puse nervioso! ¿Qué quieres que haga? ¿¡Me suicido!? – Dijo Matt con dramatismo
Gun rió débilmente y añadió:
-¿Ahora nuestro pijito se ha vuelto “emo?
-Bien – Dijo Mousy como tomando el mando de la situación. Era el que más entendía de enfermería. – Hace rato he visto por ahí “Hijas de Danna”*. Según el manual de primeros auxilios venía muy bien para cortar las hemorragias y sanar las heridas. Están por donde hemos pasado, tendré que volver a por ellas, aunque no tardaré mucho.
-Vale, yo iré a por agua para lavarle la herida y que no se infecte. – Ayudó Matt – Selene, cuida de mientras de Gun. Volvemos en seguida.
-Pero… - empezó Selene
Ninguno de los chicos pareció escucharla y ambos salieron cada uno por su camino y con mucha prisa. Gun apoyado contra un árbol la miraba con media sonrisa.
-Parece que nos hemos vuelto a quedar solos Han-getsu. Esta vez no te pondrás a llorar otra vez ¿no?
-Habló el moribundo – añadió sarcástica Selene. Estaba de muy mal humor
-¡ay ay que dolor tengo! – exageró Gun sonriendo - ¡Me muero, me muero!
Selene puso los ojos en blanco, mientras se quitaba un zapato y se lo lanzaba al chico.
-¡Eres un niño chico!
-Habló – Rió Gun mientras esquivaba el proyectil. El fuerte movimiento hizo que Gun volviera a marearse y soltara un débil alarido, esta vez de verdad. Se puso aún más blanco y calló de rodillas en el suelo.
-¡Gun! – Exclamó Selene mientras se aproximaba precipitadamente hacia él. Se arrodilló a su lado y se inclinó para ver si estaba bien. El chico tenía los ojos cerrados con fuerza, concentrado en respirar regularmente.
-Estoy mayor ya para tantos trotes – Bromeó poniendo una media sonrisa que recordaba a la de su amigo Liam.
-No se como puedes bromear en un momento así. – Le regañó Selene mientras se levantaba e intentaba irse.
-Eh – Gun alargó la mano y cogió la de la muchacha – Quédate aquí conmigo, así se puede soportar mucho mejor el dolor.
-Si tú lo dices – Dijo apartando la mirada y sentándose junto a él cruzada de brazos. Gun se reincorporó un poco y entrelazó sus dedos con los de la chica. Selene se le quedó mirando aparentemente aburrida, aunque el corazón le latía violentamente.
-¿Qué se supone que haces?
-Tomar el sol, ¿A ti que te parece?
-Me parece que te has dado un fuerte golpe en la cabeza. A ver, ¿Cuántos dedos tengo aquí? – Dijo la chica burlándose de él. Levantó dos dedos.
-Obviamente cinco.
Selene se le quedó mirando contrariada y con el ceño fruncido.
-¡¿Qué?! Yo también se cómo son los números romanos** - Dijo inocentemente.
Selene no lo aguantó y se puso a reír. Sin poder evitarlo apartó un mechón de pelo de la frente del chico. Siempre había querido hacer eso. Cuando lo hizo, quedó un poco sorprendida.
-Eh, eh, eh, que yo en las primeras citas no intimo tanto con la chica – Dijo un poco ceñudo mientras volvía a cogerle la mano a la muchacha. Selene se le quedó mirando, luego miró sus manos entrelazadas y volvió a reír.
-No tienes remedio Gun. – Dijo la chica meneando la cabeza negativamente y rindiéndose. – Anda, estate quieto, que eres un quejica – Mientras decía eso, la chica ladeó la cabeza de Gun y se acercó para ver mejor la herida. Seguía sangrando, aunque menos que antes. Debía de haberse dado un buen golpe al desmayarse para hacerse semejante destrozo. Posó suavemente sus finos dedos sobre la herida pero sin llegar a tocarla y se concentró un poco de magia blanca en ellos. Notó como el poder fluía a través de sus manos hasta llegar a Gun. Éste, sorprendido al notar calor sobre la herida, giro bruscamente la cabeza, mirando fijamente los ojos lilas de Selene. Sus caras estaban separadas por escasos centímetros. La chica cogida por sorpresa se quedó paralizada mirando los ojos azules de Gun.
-Esto… es todo lo que puedo hacer por ahora – Dijo débilmente y sin apartar la mirada del chico. Notó como se ponía muy roja y contenía el aliento.
Gun empezó a acercarse a Selene lentamente pero entones se escucharon voces de fondo.
-¡Ya hemos vuelto! –Gritó Mousy
-¡Guuuun! ¡Ésta vez no te morirás! – Matt también se acercaba. Selene se lo imaginó dando saltitos felizmente.
Repentinamente la magia se rompió y Selene fue repentinamente consciente de la situación en la que se encontraba. Se puso muy nerviosa e histérica. Sin saber que hacer, la primera reacción de la muchacha fue pegarle un fuerte puñetazo en el estómago a Gun. El chico abrió mucho los ojos y cayó de espaldas dolorido, casi sin poder respirar.
Selene salió corriendo.
En ese momento llegaron los dos chicos y vieron a Gun tirado en el suelo, con lágrimas en los ojos.
-¡No! ¡Hemos llegado demasiado tarde! – Gritó Matt desconsolado
-¿Qué ha pasado aquí? – Preguntó sorprendido
-¡Estúpido! – Gritaba a su vez Selene desde el otro lado del claro donde se encontraban, mientras corría de un lado a otro agitando los brazos.
-¡Burra! ¡Me has dejado sin respiración! – Le regañó el herido
-¡A sido tu culpa! ¡Me has puesto nerviosa! – Se defendió Selene.
Mousy se acercó presuroso hacia Gun y se arrodilló frente a él. Echó las hojas de la planta en un bol, le añadió un poco de agua y empezó a machacarlo. Cuando ya se había formado una especie de pasta se la aplicó en la herida y le vendó la cabeza para que el ungüento no se le cayera. Gun suspiró aliviado. Parecía haber recuperado un poco más el color y tenía mejor cara.
-Te alivia ¿no? – Preguntó Matt desde detrás de Mousy.
-La cabeza si, el estómago no – Dijo mirando a Selene con rencor.
-Venga, tenemos que seguir – Contestó Selene un poco roja y cambiando de tema.
Los tres chicos asintieron y se pusieron en marcha. No se percataba de que entre las sombras, alguien les observaba.
……………………………………………… (ALANA)
Con un grito de guerra, Alan se lanzó agresivamente contra Alana. La chica, que lo había estado esperando, se agachó en el momento justo evitándolo. Alzó un brazo y consiguió hacerle un pequeño rasguño en el brazo derecho a Alan. Si quería alejar al asesino de Liam debía cabrearlo tanto como para que se olvidara de él. Por suerte para Alana, eso es exactamente lo que sucedió. La chica fue hacia el otro extremo del círculo y con un gesto burlón señaló a Alan para que se acercara. Él con la cara de pocos amigos se abalanzó de nuevo contra ella. La pelea no era igualada. Alan tenía mucha más fuerza y experiencia.
-“Pero como dice el dicho: Mas vale maña que fuerza”
Puede que Alan fuese más fuerte, más grande y más alto, pero Alana también tenía sus puntos fuertes: Era más rápida, con más reflejos y tenía algo que el cazabrujas no poseía… Magia.
Podía ganar aquella lucha fácilmente si de verdad se concentraba, aunque tampoco había que subestimar a su enemigo. Alan era astuto como un zorro y letal como una serpiente, si se descuidaba podría ser el final. Habría fracasado. No podía vengar a su abuela, ni todo lo mal que lo había pasado ella y sus amigos.
Esta vez fue ella la que contraatacó. Con n salto se colocó al lado del chico, que se giró sorprendido. Seguramente no esperaba un ataque. Alana le lanzó una fuerte patada lateral directa al estómago, pero Alan fue más rápido y consiguió esquivarla. Sin embargo, no se limitó a apartarse, sino que volvió a atacar con un veloz mandoble. Ella lo evitó a tiempo agachándose súbitamente, aún así la espada le cortó un mechón de pelo negro que aterrizó sobre la hierba.
Entrecerró los ojos. Nadie le tocaba su pelo.
Sin perder el tiempo, la muchacha aprovechando que estaba agachada, le propinó una patada baja en los tobillos. Esta vez si que acertó y Alan cayó al suelo de bruces. El golpe parecía haberle dejado sin respiración. Alana creía tenerlo ya contra las cuerdas cuando el joven con un rápido movimiento de piernas hizo perder el equilibrio a Alana.
Nada más aterrizar sobre la hierba, Alan se abalanzó sobre la bruja. Empezaron a rodar violentamente sobre el suelo, en un lío de brazos y piernas entrelazadas, golpeándose. Acabaron los dos desarmados y nuevamente de pie, luchando cuerpo a cuerpo. Desgraciadamente Alan era mejor en artes marciales. Le dio un puñetazo en la cara a Alana, aunque no muy fuerte, ya que la chica consiguió esquivarlo en mayor parte, y aprovechando. Alan la agarró del cuello y la levantó por encima de él. Notó cómo le faltaba el aire.
-¡Alana! – exclamó Liam corriendo hacia ellos hecho una furia.
-¡Q…Quieto! – le gritó Alana intentando hablar. La mano de Alan le oprimía fuertemente. – No te metas… esta, esta es mi pelea.
Liam la miraba ansioso y preocupado. Tenía el cuerpo echado hacia delante, listo para atacar. Alana sabía que no aguantaría fuera del combate mucho tiempo.
-¿Qué te parece? – habló Alan sonriendo satisfecho. Alana volvió a mirarlo - ¿Y ahora que harás? Este es tu fin – su mejilla estaba sangrando allí dónde las uñas de Alana se había clavado.
-Nunca subestimes a una chica – consiguió decir Alana. Alzó las manos hasta ponerlas sobre las de él y concentró fuego en las palmas.
El chico gritó de dolor y soltó a alana, que calló pesadamente al suelo, pero la libertad le duró poco, porque tras unos segundos, Alan volvió a aprisionarla entre sus brazos, quedando muy cerca el uno del otro. La chica sin poder evitarlo recordó todos los momentos que había pasado con su novio Erik. Abrazos, besos, caricias… Todo había sido una completa mentira. La ira llameó en su interior como un volcán enfurecido.
-Bueno, ya que estamos así – Dijo Alana entrecortadamente – podría darte el último beso ¿no crees?
Alan, pillado totalmente por sorpresa, fue a decir algo. Alana rápidamente se acercó más y le besó en los labios. Fue un beso muy breve y sin el menor sentimiento. Aquél beso tenía otro final. Antes de que Alan pudiera retirarse, la chica mordió el piercing que él tenía en el labio y con un rápido y enérgico movimiento se impulsó con fuerza hacia atrás, separándose del cazabrujas.
La muchacha asqueada, escupió al aro de su boca, mientras lía el alarido de Alan. Levantó la cabeza para mirarle mientras volvía a coger sus dos cimitarras del suelo.
El labio le había empezado a sangrar sin parar, mientas la sangre bajaba por su barbilla y cuello empapando su camiseta:
-¡Estúpida zorra! – Rugió Alan rabioso clavando sus terroríficos ojos en la joven - ¡Te mataré!
Cogió su espada del suelo y corrió hacia ella, como una bestia aterradora.
Alana se apartó de su camino arrojándose a un lado con una voltereta lateral, después se incorporó rápidamente. El chico frenó en seco y dio media vuelta mirándola de una forma demente.
Pero la muchacha no se amedrentó- con un chasquido de dedos hizo aparecer un círculo de fuego que rodeó al cazabrujas.
-No deberías haber jugado conmigo de ese modo, Alan. Una chica es capaz de cualquier cosa cuando la encañas como tú me has engañado a mí. Te diré algo que en su día… - Alana miró a Liam – le dije a tu hermano – y volvió a mirar a Alan – y que ahora te diré a ti. – La mirada de la chica pareció arder como un gran incendio – Si juegas con fuego, te quemas.
Al terminar la frase, la chica alzó los brazos y obedientes las llamas se alzaron como muros. Acto seguido el fuego se lanzó en picado hacia Alan, que se perdió entre las llamas.
Después de unos segundos alana decidió extinguir el fuego y fue entonces cuando se percató de que Alan no estaba allí.
Fue a ponerse en guardia de inmediato, pero fue demasiado tarde. Notó una fría presencia a sus espaldas. Se giró bruscamente y se encontró de cara a Alan. Su espada estaba a la altura del cuello de la joven, besando su fina piel. La punta presionó un poco más la piel de la chica, dejando escapar un hilo de sangre.
Alan sonrió y seguramente, debido a la sangre que todavía chorreaba de su labio, la sonrisa pareció mucho más macabra. Se le erizaron los pelos de la nuca.
-Jaque mate – sentenció el cazador.
……………………………………………… (MOUSY)
El grupo de amigos avanzaba rápidamente a través del bosque. Selene iba en cabeza guiándolos, parecía muy concentrada en lo que había, clavando la vista fijamente en el frente. Aunque no había nada, estaba todo muy oscuro. Justo detrás de ella iban Matt y Gun. El primero con cara de preocupado mirando entre la espesura del bosque, y el segundo, miraba con cara rara a Selene. Mousy, desde la retaguardia estudiaba la situación. Gun y Selene se comportaban de manera muy extraña. Selene evitaba todo lo posible a Gun, y éste se limitaba a mirarla fijamente. Debido a su gran experiencia en culebrones y la variedad de series vistas, se veía capacitado para asegurar que se sentían atraídos mutuamente. Pero ¿Qué papel jugaba Matt en todo aquél embrollo? Supuestamente era gay, pero tenía demasiada buena relación con Selene, seguramente eran amantes. Tras el largo período que había pasado todos juntos había llegado a una conclusión: allí todo el mundo tenía líos menos él. Ashley y Liam, Gun y Selene, Gun y Ashley, Alana y Erik, Matt y Selene, incluso puede que Matt y Gun, aunque esto era poco probable, no acababa de ver a Gun siendo gay… aunque nunca se sabía, la vida sorprendía mucho últimamente.
Mousy seguía cavilando en sus cosas, cuando repentinamente Selene frenó en seco, cayó de rodillas y alzó la mirada al cielo.
Tenía los ojos entrecerrados y la visa perdida. Sus pupilas estaban muy dilatadas.
Todos se acercaron corriendo a ver que le pasaba a la chica.
………………………………………………… (SELENE)
Había estado en gran parte concentrada hasta el momento percibiendo el aura con más intensidad, por lo que sabía que se estaban acercando. Pero repentinamente, como ya había pasado en varias ocasiones, algo tiró de ella hacia abajo y se sumió en la oscuridad. No vio ni el bosque ni a sus amigos, nada. Abrió los ojos de nuevo y se encontró con dos figuras frente a ella.
La primera era de media estatura, tenía el pelo muy rizado y negro, le llegaba hasta mitad de la espalda, y sus ojos plateados miraban expectantes a la persona que tenía enfrente. El otro era alto y fuerte, de piel morena y con unos grandes ojos marron oscuro casi negros. Sonreía a la chica mientras le tendía la mano. Reconoció a la chica en cuanto la vio. Se trataba de Alana, peo con el pelo más corto y la mirada totalmente diferente, aunque por el contrario, al chico no lograba identificarlo. Su cara le resultaba muy familiar…
-Juntos podremos hacer grandes cosas. Con tu alma de fuego y mi poder nadie podrá detenernos – Dijo el chico
La chica sonriendo, sin apartar su mirada de él, le cogió la mano. Al hacer éste gesto, en la muñeca de la chica quedó visible una marca, que ayudó a confirmar la suposición de Selene. Había una media luna plateada consumiéndose por un fuego negro…
-“¿Negro? – pensó Selene contrariada. Repentinamente le recorrió toda su espalda un fuerte escalofrío, aquello no le daba buena espina. Intentó separar a los dos chicos, pero empezaron a titilar y desparecieron como si fueran dos grandes llamas de fuego. Notó que subía de nuevo hacia la superficie y abrió los ojos.
Parpadeó varias veces antes de darse cuenta de que se hallaba de nuevo en el bosque. Sus amigos se encontraban alrededor de ella mirándola preocupados mientras la zarandeaban suavemente.
-¿Queréis parar? Estoy bien – dijo Selene volviendo en sí y apartándolos a todos.
-Honey ¿Qué te ha pasado? – Preguntó preocupado Matt
Selene miró instintivamente a Gun que la observaba muy serio.
-¿Has tenido…? – Preguntó el chico sin acabar la frase.
-si – dijo la chica asintiendo mientras se ponía en pie
Matt miró a uno y luego a otro deduciendo algo
-¿Qué es lo que está pasando aquí? – inquirió poniendo los brazos en jarras. A Selene le recordó a una madre. – Dejad ya el secretismo de una vez
-Tengo visiones
-Tiene visiones
Hablaron Selene y Gun a la vez. Se miraron sonriendo con complicidad
-Que…¡Que! – chilló Matt como un histérico - ¡¿Y como es que me entero ahora?! ¿Por qué él si lo sabe y yo no? Honey, me merezco una explicación.
De fondo se escuchó el susurro de Mousy
-Mis sospechas eran ciertas – el chico parecía sorprendido – Aquí hay lio
Selene sin hacer caso al comentario de Mousy se lo explicó todo. Cuando acabó todos se quedaron en completo silencio.
……………………………………………….. (MATT)
-Pero… ¿por qué no me lo dijiste antes? – Susurró Matt dolido – ¿es que ya no confías en mi?
Sintió un dolor en el pecho. Saber que ni tu mejor amiga confiaba en ti era deprimente. Pero que él supiera, no le había hecho nada para que no se lo contara.
Selene se mordió el labio y le miró con una disculpa.
-Lo siento mucho – se disculpó – te lo quería contar… pero no sabía como. Se que eres muy sensible y las cosas así te afectan mucho.
Matt la miró seriamente. Aunque la chica estaba en lo cierto, eso no era motivo para habérselo ocultado.
-Y alana ¿Lo sabe?
La muchacha negó con la cabeza bajando la vista hacia el suelo. El chico al verla tan desdichada iba a rendirse y consolarla, pero con esfuerza se mantuvo firme, Quería que ella viese que no siempre podía hacer lo que quisiera.
-¿Y por que no? La visión trata sobre ella – indicó Matt – Creo que tendrías que habérselo contado, es lo justo. Podríamos remediarlo.
Selene se revolvió contra él y empezó a llorar.
-¿Crees que hubiera sido lo mejor? ¿Saber las cosas malas que van a pasar? – Le gritó sollozando. Gun le puso una mano en le hombro, pero ella de un tirón se la quitó de encima. – No creo que le hubiera hecho un favor.
-Pero podríamos arreglarlo… - empezó Matt incómodo – podríamos…
-¿Todavía no te has enterado Matt? – Le cortó ella - ¡No se puede cambiar el destino! Por mucho que quieras. ¿Crees que ha sido fácil para mi saber desde el principio que va a pasar y no poder hacer nada? – Se sentó en el suelo y escondió la cara entre las rodillas – no tienes ni ide.
Matt que siempre sabía que hacer y que decir en cada momento, se quedó de repente en blanco, mirando a su amiga apenado.
Iba a disculparse cuando notó algo alrededor de ellos. Selene, que pareció notar lo mismo, levantó la cabeza y se puso de pie alerta.
-Atentos – gritó la chica cogiendo sus katanas
-¿Atentos a qué? – preguntó Mousy sin comprender
De repente de todas partes aparecieron encapuchados gritando. Se dispersaron rápidamente has rodearlos. Eran ocho.
-a eso – contestó Selene mientras la última lágrima que tenía en la mejilla caía suavemente al suelo.
…………………………………………… (ASHLEY)
Sentía un punzante dolor en la cabeza y estaba muy mareada. De fondo se escuchaba el ruido de una batalla. Abrió lentamente los ojos. Alguien estaba sentado junto a ella observando más allá de donde es encontraban.
-¿Liam? – Preguntó desorientada.
-Casi, pero no – Respondió una voz divertida
La chica se incorporó con lentitud y volvió a mirar alrededor. Estaba en el bosque, junto al lago que había cerca de Bänon. Giró la cabeza a su derecha. Allí estaba sentado Tay.
-¿Y Liam? – Preguntó la chica de nuevo. Le dolía mucho la cabeza.
-¿en serio creía que traicionaría tan fácilmente a Alana? – Respondió Tay con su sonrisa misteriosa..Ashley enmudeció sin saber que decir. Debería haberlo sabido, debería haber sabido que Liam no dejaría a aquella cría insolente, pero quiso creer que no era cierto. Que la prefería a ella antes que a alana. Estaba equivocada.
-No lo se – murmuró intentando poner la voz neutral – quería creer que sí, pero las cosas a veces no suceden como una quiere. Me he engañado a mi misma.
Se levantó trabajosamente y empezó a andar en busca de Alan. Desde allí se veía todo el lago, justo al lado de la orilla había un gran campo de fuerza en el que estaban tres personas. Desde allí no se veía muy bien quieres eran, pero Ashley se lo imaginó.
-¿Dónde vas Delta? –Preguntó Tay alzando la cabeza para mirarla
-¿Cómo que ha donde voy? Es lógico ¿no? – Dijo señalando el campo de fuerza - tengo que acabar mi trabajo.
-¿Sabes que no permitiré que la matéis no? – comentó Tay mirándose la uñas
Ashley dio la vuelta en redondo.
-¡¿Qué?! ¡No puedes hacer eso! Es parte de la misión.
-Lo se, pero la necesito viva. Si hace falta te mataré a ti y a Alan. – Habló el chico como si estuviera hablando del tiempo.
-¡¿Crees que me voy a quedar de brazos cruzados?! ¡Pienso informar a alfa de esto! – rugió Ashley mientas se iba
Pero entonces frenó en seco y se quedó muy quieta. Un afilado sable descansaba en su cuello, listo para matarla. La chica asustada, sin mover ni un solo músculo, miró a Tay de reojo, quién sostenía el sable hábilmente.
-Tu no vas a decir nada ¿Y sabes por qué? – Comentó mientras le daba golpecitos con el frio metal en la barbilla – Porque sino yo contaré tu… “secretito”.
Ashley con una mezcla de sorpresa y miedo lo miró con los ojos muy abiertos.
-¿Cómo sabes…?
Tay le sonrió complacido.
-Lo se todo – La chica tragó saliva. – Así que, si te conviene… no dirás nada ¿de acuerdo?
-De… De acuerdo – Susurró Ashley consternada
-Una respuesta inteligente rubita – observó Tay bajando el sable.
……………………………………………………….. (LIAM)
De repente todo se quedó en silencio. Solo se escuchaba el viento. Alan apuntaba la punta de su espada justo en la garganta de Alana. La chica lo miraba atónita con los ojos muy brillantes. Todavía no llegaba a entender cómo había conseguido desaparecer y aparecer tan rápidamente ni Liam tampoco.
El chico estaba paralizado viendo la escena confuso.
-¿cómo has hecho eso? – Preguntó Alana asustada.
-Tu tendrás tu preciada magia, pero yo tengo objetos mágicos. Estamos en igualdad de condiciones. He ganado esta batalla limpiamente, así que dígnate a morir ante mí.
Entonces Liam pareció reaccionar y se movió a gran velocidad hacia su hermano. A pesar de estar herido, ignoró todo el dolor proveniente de la pierna. Tenía que salvar a Alana. Alan parecía haberle dejado de prestar atención, y aprovechó ese momento para apuntarle a él. Alargó su espada y apuntó a la nuca de su hermano. Su helado filo besó la nuca de Alan.
-Pues yo creo que no – Dijo Liam entrecortadamente del esfuerzo que había hecho. Notó que el cazabrujas se ponía tenso. – Deja ir a Alana y enfréntate a mí. Juro que si mueves un solo músculo te atravesaré con mi espada.
Durante unos segundos todos se quedaron muy quietos y conteniendo el aliento hasta que por fin Alan reaccionó y empezó a reír maníacamente. En un rápido movimiento dio un golpe con el mango de la espada en la cabeza de la chica, quien cayó desmayada al suelo. Se giró y encaró a su hermano. Golpeó ferozmente la espada de Liam desviándola de donde le estaba apuntando y empezaron a luchar.
Ambos hermanos, expertos en artes marciales, combinaban puñetazos y patadas junto con feroces estocadas. Estaban muy igualados a pesar de la grave herida de la pierna que tenía Liam. Si no tuviera la herida, Liam lo habría vencido hace tiempo.
Su hermano cada vez que atacaba intentaba darle justo en la herida para desequilibrarlo aún más, pero pocas veces conseguía acertar. Alan parecía estar sumido en un estado de locura, que lo cegaba y no llegaba a controlar bien toda su fuerza y su destreza, lo que era un punto a favor de Liam.
Alan empezó a aumentar el ritmo del ataque, visiblemente cansado, aunque Liam tampoco se lo ponía fácil.
De repente Alan fue a lanzarse contra él pero un segundo más tarde había desaparecido. Liam durante un segundo quedó desorientado, sin saber donde se encontraba su oponente, pero entonces notó como una presencia se precipitaba contra él desde su espalda, y se dio rápidamente la vuelta. Alzó la espada justo a tiempo para evitar el arma de Alan le atravesara el corazón, aunque la hoja le hizo un corte en la mejilla izquierda. El chico haciendo fuerza, empujó la espada de su hermano y de un salto se apartó de él. Los dos pararon un momento para coger aire entrecortadamente. Estaban agotados, pero Liam sabía que él no pararía hasta verle muerto. Alan, en un último arrebato de odio le propinó una fuerte patada en su pierna herida. El chico, se dobló dolorido y gritando de dolor. Su contrincante aprovechó para desarmarle, dándole un codazo en la mano y haciendo que Liam soltara la espada que sujetaba. Acto seguido le propinó otra fuerte patada en el estomago, que lo lanzó varios metros hacia atrás cayendo a escasos metros de Alana.
……………………………………………….. (ALANA)
Alana escuchó un fuerte ruido junto a ella. Abrió los ojos con mucha dificultad y se incorporó precariamente. Miró justo de donde provenía el ruido, a su lado se encontraba Liam muy malherido. El chico parecía ver que ella le miraba y le dedicó una cansada mirada. A Alana se le partió el corazón de verlo así, tenía que hacer algo por el. Justo en ese momento notó como una sombra se cernía sobre ella. Alzó la cabeza, y allí se encontraba Alan, sonriendo victoriosamente. En su mirada se leía que aquel iba a ser el final de la chica.
………………………………………………. (SELENE)
Corrían desesperados en pos de Alana. Selene notaba que algo no iba bien. Habían perdido demasiado tiempo luchando contra aquellos tipos, pero por lo menos habían vencido. A pesar de todas las heridas y rasguños que tenían, todos parecían notar que no muy alejado de allí ocurría algo grave.
El dolor de cabeza de Selene aumentaba por momentos, no estaba segura de lo que quería decir eso, aunque tenía sus sospechas.
Por fin llegaron a la linde del bosque y entraron en un gran claro. Justo en el medio del claro se encontraba un gran lago, y junto a él, un campo de fuerza.
En su interior alguien alzaba una espada contra dos personas tiradas en el suelo.
Cuando se acercaron más vieron una horrible escena. Alan dejó caer la espada con violencia sobre uno de los cuerpos.
……………………………………………… (ALANA)
La chica vio horrorizada cómo la espada bajaba hacia ella con gran violencia.
-“Voy a morir” – Pensó la chica – “este es mi final”
Todo pasó muy lentamente. La chica sin poder moverse miró la espada que descendía sobre ella, su brillante filo se reflejó en sus ojos y fue cuando se encontró cara a cara con la muerte. Pero entonces alguien gritó su nombre. Justo antes de que la espada se clavara en su débil cuerpo algo se interpuso en la trayectoria de la espada. Alana asustada se agazapó y apartó la vista. Se escuchó el ruido de la hoja de la espada cortando algo. Después solo huno silencio. Alana no había notado ningún tipo de dolor, ¿estaría ya muerta?
De fondo se escuchaba la risa maníaca de Alan, y supo que algo no iba bien. Reuniendo todo el valor que pudo y alzó la mirada, y lo que vio la dejó completamente helada.
Liam, de rodillas y de espalda a ella, la protegía con su cuerpo.
Alana se quedó sin respiración y sin saber que haber. Entonces el pesado cuerpo de Liam calló hacia atrás. La chica en un acto reflejo extendió los brazos y agarró a Liam para evitar que cayera. Desesperada miró todo su cuerpo para comprobar si tenía alguna herida. Entonces fue cuando lo vio. Un largo y profundo tajo atravesaba desde el hombro izquierdo, hasta la cadera derecha del chico. No paraba de sangrar y Liam cerraba los ojos con fuerza intentando aguantar el dolor. Alana desesperada empezó a llorar y a llamarlo por su nombre con la voz desgarrada. El chico cada vez estaba más pálido y con menos fuerzas, la chica notaba cómo la vida de Liam se iba poco a poco y ella no podía hacer nada para evitarlo.
…………………………………………………… (SELENE)
Todos se quedaron paralizados, incrédulos ante la escena. A Selene le daba vueltas la cabeza, sus peores pesadillas se estaban haciendo realidad.
Alana gritaba y lloraba, salpicaba de sangre, mientras sostenía en sus brazos el lacio cuerpo de Liam.
Quería apartar la mirada de allí ya que le parecía insoportable. Pero no podía, estaba demasiado asustada para hacerlo.
La visión acababa de cumplirse.
…………………………………………………… (ALANA)
-Liam, por favor, quédate conmigo – balbuceó Alana mientras acunaba en sus brazos al chico – No me dejes… Tú, no.
Liam empezó a toser sangre y a dar pequeñas convulsiones. Estaba temblando y su temperatura corporal bajaba peligrosamente por momentos.
Alana sintió el fuego en su interior. Las carcajadas de Alan sólo empeoraban las cosas. Eso merecía una venganza. Alana dejó con mucha suavidad el cuerpo de Liam en el suelo y se levantó lentamente, muy decidida.
Cuando se hubo situado frente a Alan, con un grito de odio hizo aparecer llamas a su alrededor. Lo único que se distinguía era el fuego. Alan sorprendido dio un paso atrás.
Las llamas poco a poco fueron cobrando forma. Un imponente león ígneo se alzaba junto a Alana, con sus ardientes ojos fijos en Alan.
-Esto es por Liam – dijo la chica fríamente mientras le señalaba. El león rugió ferozmente y se abalanzó contra Alan, envolviéndolo en llamas. El cazabrujas empezó a gritar con desesperación y cayó al suelo hacia atrás, pero el león seguía lanzándole zarpazos sin piedad. En uno de los golpes, Alan fue lanzado contra una de las piedras que formaban el campo de fuerza y la movió. Éste se desvaneció al momento, liberándolos de la transparente prisión.
El león, con un último mordisco desapareció, dejando a Alan tirado en el suelo, medio muerto en un charco de sangre.
-¡Alan! – gritó una voz familiar. Ashle que había venido desde el otro lado, se arrodilló junto el cuerpo malherido sollozando. Después alzó la vista al cielo y gritó:
-¡Tayson! ¡Sácanos de aquí!
En cuanto la petición fue formulada, desaparecieron sin mas entre un espeso humo negro.
Alana, quien había observado toda la escena impávida, se giró y vio Liam tirado en el suelo mirándola y aferrándose a la vida cómo podía. Dando traspiés, la chica consiguió llegar hasta él y volvió a abrazarlo, acunándolo suavemente. El chico en un último esfuerzo, clavó su verde mirada en la de la chica y le susurró sin fuerza:
-Alana… por favor… perdóname… por favor… no me olvides…- y con el último aliento que le quedaba añadió- te quiero…
Alana aquél momento le recordó al momento en que su abuela murió también entre sus brazos y le dijo esas mismas palabras de despedida…
-¡LIAM! ¡No te mueras por favor! ¡No quiero vivir en un mundo dónde no estés tú! ¡LIAM DESPIERTA! – Las lágrimas de la chica le cegaban. Caían en torrente y mojaban la cara de Liam.
El chico la miró por última vez y después, poco a poco la chispa que había en sus ojos fue apagándose lentamente hasta que solo hubo oscuridad.
*Hijas de Danna: Flor curativa que corta las hemorragias y cura ciertas heridas. Este nombre le fue dado debido a una antigua bruja llamada Dana, que era famosa por su habilidad con la magia blanca que lo curaba todo.
**Cinco en número romano: al levantar dos dedos, Selene hizo la forma de “V” y el número cinco en romano se escribe igual. Es un chistecillo para los de humanidades